En este serial de personas que consiguieron hacer una fortuna con productos locos o en un principio insignificantes, ya nos hemos adentrado en el mundo de la Pet Rock y el más que famoso muelle Slinky, dos creaciones que nacieron de la suerte y de esa magia que existe cuando estás en el momento correcto.

Es hora de continuar con otros productos y parece bastante lógico que ya era hora de hablar del famoso cubo de Rubik, cuya historia, que además ahora cumple 50 años, seguro que no conocías y que consiguió trascender las fronteras del tiempo y el espacio para convertirse en un ícono cultural. 

Todo nace en la primavera de 1974, en la que un arquitecto húngaro llamado Ernő Rubik quería conseguir algo muy concreto: encontrar una manera de modelar el movimiento tridimensional para sus estudiantes y que esto pudiesen comprenderlo al 100%. 

Más tarde conocido por el mundo como el creador del icónico Cubo de Rubik, pasó meses experimentando con bloques de cubos fabricados con madera y papel, unidos por bandas elásticas, pegamento y clips. 

Una idea que nace con el objetivo de enseñar mejor a sus alumnos de arquitectura

El resultado final de su esfuerzo llevó al nacimiento del Bűvös kocka o Cubo Mágico, una creación que, pese a no saberlo aún, cambiaría la historia de los rompecabezas y se convertiría en el juguete más vendido del mundo.

En una Hungría que estaba detrás del "Telón de Acero", Rubik se enfrentó a grandes problemas para fabricar y comercializar su invento. 

Trabajó con una pequeña empresa húngara, Politechnika, para lanzar versiones, que al final encontró su camino en el mercado internacional gracias al empresario Tom Kremer y la Ideal Toy Company en Estados Unidos. De su padre, Rubik aprendió sobre el trabajo como un proceso creativo con un objetivo y un resultado positivo.

El famoso y tan conocido Cubo de Rubik, con sus nueve cuadrados de colores en cada lado, aparenta ser simple a primera vista. Cada lado, cuando todo tiene sentido, tiene un color uniforme: rojo, verde, amarillo, naranja, azul o blanco. La tarea y lo realmente complejo viene cuando comienzas a girar los cubos para que, después, intentes de nuevo que cada lado tenga el mismo color. 

Pero, cuidado, porque la verdadera complejidad del Cubo radica en las increíbles variaciones posibles, superando los 43 quintillones. Para resolver este rompecabezas tridimensional, necesitas aprender secuencias de movimientos específicas, que luego a dado lugar a libros superventas y tutoriales en Internet que guían a los más fanáticos para su resolución. "Ésta es una de sus cualidades más misteriosas", comenta Rubik. "El final se convierte en nuevos comienzos".

Además, la evolución del Cubo de Rubik, desde el clásico 3x3x3 hasta versiones más grandes, ha maravillado a todos, con formas más simples y divertidas hasta complejas pirámides o estructuras casi imposibles de resolver.

Inicialmente, Rubik pensó que su creación atraería básicamente a aquellos con conocimientos en ciencias, matemáticas o ingeniería. Sin embargo, se sorprendió al ver cómo el cubo encontró su camino hacia personas de todo tipo de ámbitos, superando sus expectativas iniciales. 

En marzo de 1981, el Cubo apareció en la portada de Scientific American, donde el científico ganador del Premio Pulitzer Douglas Hofstadter, lo llamó "una de las cosas más asombrosas jamás inventadas para la enseñanza de las matemáticas". 

Un fenómeno mundial que subió como la espuma, pero la moda se esfumó igual de rápido

Se convirtió en un fenómeno mundial, ganando premios al Juguete del Año en 1980 y 1981. Aunque en 1982 se vendieron aproximadamente 100 millones de unidades, las predicciones de su declive fueron demasiado temparanas. 

En 1986, The New York Times lo declaró "pasado de moda", pero el Cubo de Rubik no desapareció; en cambio, se transformó en un ícono cultural duradero.

Todo lo que sube baja y poco a poco y con los años el interés en el cubo disminuyó, Sin embargo, seguramente conozcas el concepto de speedcubers, aficionados que compiten a nivel mundial por ver quién resuelve estos cubos en el menor tiempo posible o de las formas más locas que puedas imaginarte. Esto, en gran parte, hizo que esta maravilla volviese a resurgir con más fuerza que nunca.

Por ejemplo, actualmente el récord lo tiene Max Park, ya que tardó 3,134 segundos en resolver un cubo de Rubik clásico (3x3x3), en el evento Pride in Long Beach 2023 en California, una competición oficial de la World Cube Association. 

Sentado en el patio de su casa de Budapest, Ernő Rubik, ahora con 76 años, reflexiona sobre su "descubrimiento" y el éxito inesperado que le siguió. Prefiere el término "descubrimiento" en lugar de "invento", como si el Cubo de Rubik hubiera estado destinado a existir. Después de crear el cubo, se enfrentó a un segundo problema: cómo resolverlo. 

En ese momento, no tenía idea de si su creación podría resolverse, y mucho menos de qué tan rápido. Le tomó un mes completo resolver su propio rompecabezas.

Hoy, estudiantes de la escuela primaria Northwood en Hilton, Nueva York, luchan por incluir el Cubo de Rubik en el Salón Nacional de la Fama del Juguete. Este proyecto, iniciado en noviembre, destaca la relevancia duradera del cubo y su estatus como un ícono cultural. 

La historia del Cubo de Rubik es digna de conocer y de valorar y todo gracias a una idea creativa y muy pasional que nació con el objetivo de que unos alumnos aprendieran mejor. Para profesores y familias, ahora existe un programa educativo llamado Tú puedes hacer el cubo de Rubik que se centra en el aprendizaje de matemáticas y las habilidades del siglo XXI.

Ernő Rubik, al hablar de su creación, destaca que "si tienes curiosidad, encontrarás acertijos a tu alrededor. Si estás decidido, los resolverás". La historia y la popularidad continua del Cubo de Rubik son pruebas claras de la capacidad de un rompecabezas aparentemente simple para enamorar a generaciones y cruzar fronteras culturales.