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Las 7 cosas que diferencian conducir un coche eléctrico de uno convencional

Vanesa Matesanz

Diferencias conducir coche eléctrico
¿Cuáles son las 7 diferencias entre conducir un coche eléctrico y conducir uno tradicional de combustión? Te contamos qué notarás cuando te sientes al volante de un eléctrico que jamás notarías en un diesel o gasolina.

Cuando nos planteamos adquirir un coche eléctrico, solemos pensar en las características más técnicas del mismo y las diferencias principales que lo “separan” del coche de combustión tradicional: la autonomía, el consumo, cómo cargarlo, el precio… En fin, todo ese tipo de cosas que obviamente son fundamentales a la hora de dar el salto a la movilidad eléctrica.

Pero, ¿has pensado alguna vez qué diferencia la conducción de un coche convencional con respecto a la de un eléctrico? No creas que son pocas las características que los separan, vas a notar cambios bastantes importantes.

Desgranamos en 7 puntos qué notarás de diferente y qué cambios tendrás que hacer en tu forma de conducir al ponerte frente al volante de un coche eléctrico por primera vez.

1. ¿Freno? Aquí hablamos de desaceleración

Acostumbrados a pisar el freno cuando conducimos un coche convencional de combustión, debemos saber que este no es el sistema más “recomendable” a la hora de reducir la velocidad de nuestro coche eléctrico. Y es que los coches eléctricos cuentan con sistema de recuperación de energía.

Este sistema se activa cuando soltamos el pedal del acelerador, lo que produce un frenado más que evidente en este tipo de vehículos. De forma progresiva pero veloz, el coche frena por sí solo en cuanto levantamos el pie. El equivalente a un coche tradicional sería pisar el freno de una forma suave: aquí no es ni necesario ni recomendable. Además, el sistema de recuperación de energía ayuda a recuperar carga en las baterías.

2. Más fuerza de aceleración (mucha más)

Aunque los coches eléctricos no tengan fama de ser los más veloces y rápidos del mundo una vez puestos en carretera, si la tienen en lo que a aceleración se refiere. Alcanzan su máxima potencia desde las cero revoluciones. Esto hace que su aceleración en los primeros metros sea espectacular, por lo que debes tenerlo en cuenta a la hora de arrancar… ¡El coche sale realmente disparado como te descuides! Prácticamente ningún coche actual de combustión puede “retar” a uno eléctrico en este sentido.

¡Ah! Ten en cuenta que este tipo de vehículos son como los automáticos: no hay embrague, no hay caja de cambios.

3. Un silencio sepulcral

Cuando te subas por primera vez a un coche eléctrico y arranques, te darás cuenta de que el silencio que hay en su interior es espectacular. Seguro que ya lo has notado (o no...) cuando vas por la calle y ni siquiera te enteras de que está pasando un coche eléctrico a tu lado. ¡Pues imagínate si estás dentro!

¿Qué pasa con este silencio? Que implica muchas más cosas, positivas y negativas, de las que parece. Positivas: podrás hablar con total comodidad con el resto de pasajeros, escucharás música mucho más tranquilo, la conducción es más cómoda por la falta de ruidos… La más negativa: tienes que dar por hecho y tener muy presente que los peatones no te oyen venir, algo que te hará tener mil ojos a la hora de conducir por la ciudad.

Cargador de batería coche eléctrico

4. Necesitarás planificarte

Cuando nos montamos en un coche diesel o gasolina lo hacemos con la total tranquilidad de saber que podremos hacer cientos de kilómetros sin repostar, además de poder parar a hacerlo siempre que queramos por la enorme oferta disponible.

Con nuestro coche eléctrico no es así: debemos ser mucho más previsores. La autonomía todavía tiene mucho por mejorar (y así lo hará próximamente) pero de momento, debemos pensar en cuántos kilómetros exactamente vamos a hacer, si podremos cargar nuestro coche por el camino, cuánto tiempo nos llevará que vuelva a estar cargado, etc. Sí, de momento es uno de los grandes hándicaps de la movilidad eléctrica.

5. Pensarás más en la eficiencia

electrolinera solar

Otra diferencia es que conducir un coche eléctrico te hace pensar de una forma mucho más eficiente. Y es que si queremos que esa autonomía dé de sí lo más posible… ¡más nos vale! Tenemos que pensar en una conducción tranquila, eficiente, sin grandes acelerones ni frenazos bruscos, así como lo que hemos comentado anteriormente: la recuperación de energía o frenada cinética, que nos permite cargar la batería para aumentar así la autonomía.

También es importante la utilización del modo ECO, presente en la mayoría de coches eléctricos. Este nos permite ahorrar y acumular energía, ideal si queremos sacarle el máximo partido al vehículo tanto en ciudad como en carretera.

6. La calefacción y el climatizador te harán tener mil ojos

Opel Adam Slam 1.0 climatizador
Opel Adam Slam 1.0 climatizador

Otro de los modos de ahorrar energía y de los que tendrás que estar muy pendiente cuando adquieras o conduzcas un coche eléctrico, es la calefacción y el climatizador.

Deberíamos mantener siempre una temperatura media nunca superior a los 21/22 grados para ser lo más eficientes posibles con la batería del coche, ya que estos dos elementos consumen muchísima.  Y es que a diferencia de los coches de combustión, los eléctricos “tiran” directamente y al cien por cien de la carga de la batería.

Espera, antes de comprar un coche eléctrico: estos son los modelos que llegarán este año

Ya sabes: cuando te subas, ¡mucho ojo con la temperatura!

7. Un mejor reparto del peso y estabilidad

Por último, también notarás la diferencia con respecto al peso y la estabilidad de un coche de combustión. ¿Por qué? Porque las baterías se pueden colocar en módulos, repartidas y situadas en la parte inferior, mejorando así la estabilidad y el reparto del peso total. Y esto en la conducción, se nota.

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