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Es muy difícil matar a un robot cuando suplica por su ''vida''

Nao

''Realmente, no vas a desconectarme, ¿verdad?'', preguntó un robot en un experimento en 2007. ''Sí, lo haré'' respondió el humano. Pero no, no lo hizo. Y es que, la ciencia está intentando probar que es muy difícil desconectar a un robot cuando te suplica por su vida.

Cada vez se diseñan, se fabrican y se ponen en ''circulación'' más robots que están diseñados para interactuar con los humanos. Son guías turísticos, recepcionistas e, incluso, guardas de seguridad, y las empresas tecnológicas quieren dotarlos de ''vida'' artificial para que sea más natural para los humanos interactuar con ellos. Por cierto, nosotros queriendo apagarlos y ellos están salvando vidas...

Y esto, que puede parecernos positivo, no lo es en absoluto, al menos desde un punto de vista catastrofista, claro. Y es que, diferentes estudios están demostrando que los humanos somos más susceptibles a lo que nos dice una máquina que a lo que nos dice otro humano, llegando al punto de no ser capaces de apagar a un robot si este empieza a suplicar que no lo hagamos (aunque sepamos que es una máquina).

Robot Nao en el experimento.
Robot Nao en el experimento.Aike Horstmann et al

El último experimento que ha buscado probar esto es de lo más curioso. Y es que, un grupo de 89 voluntarios han tenido que realizar un par de tareas con la ayuda de Nao, un pequeño robot humanoide que se parece a muchos juguetes de esos que encontramos en las tiendas. A estos voluntarios se les dijo que las tareas, muy sencillas, mejorarían los algoritmos de Nao, pero todo era una farsa.

Lo que querían es que los voluntarios interactuaran con el robot antes de pedirles que lo apagaran. En la mitad de los casos, el robot no dijo nada, pero en 43 de ellos, sí. Nao confesaba tener miedo a la oscuridad y suplicaba con frases como ''¡No! ¡Por favor, no me desconectes!''. En ese caso, 13 voluntarios rechazaron apagar a Nao y los otros 30 tardaron el doble en apagar al robot que quienes no escucharon las súplicas del robot.

¿Por qué no queremos matar al robot?

Cuando se entrevistó a los sujetos, las respuestas fueron de lo más variadas. Unos dieron sus razones para no apagar al robot tras oír las súplicas. Otros dijeron que tenían miedo de estar haciendo algo mal y el resto que, si el robot les ha pedido algo contrario a lo que pidió el humano, ¿a quién debían ahcer caso?

Los investigadores afirman que, cuando escuchamos las súplicas de una máquina la tratamos más como a una persona real que como a lo que es, por lo que tendemos a hacer caso al ruego y no ir contra la petición del robot.

Ahora bien, no entraremos en la especulación y la ciencia ficción, pero imaginad las consecuencias negativas para nuestra especie el no poder apagar una máquina por el mero hecho de que nos suplique...

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