Cada año que pasa el recibo de la electricidad castiga un poco más las economías domésticas españolas, obligadas a vivir cómo un IVA prohibitivo en comparación con los vecinos europeos no baja del 21% mientras el coste total de la factura no deja de ascender, pudiendo ser este 2018 el tristemente señalado como el más caro de la historia en este sentido.

Por ello, FACUA reclama al Gobierno que se deje de parches y emprenda medidas eficaces para abaratar el recibo, el cual ha experimentado un encarecimiento del 92,2% en sólo 15 años. Según los análisis de la organización, la factura de la luz es a día de hoy 40 euros más cara que en 2003.

Un usuario medio -que consume 366 kWh de consumo y tiene contratados 4,4 kW de potencia- tomando como ejemplo la tarifa semirregulada vigente en los meses de agosto, ha visto cómo su factura ha pasado de los 43,47 euros de 2003 a 55,31 euros entre julio y diciembre de 2008, 74,81 euros en agosto y septiembre 2013 y 83,55 euros en septiembre de 2018.

El prohibitivo IVA de la luz, un lastre para las facturas de los españoles

Las principales reivindicaciones que presentan desde FACUA son dos: la bajada del IVA de la luz al 4% -que ahorraría al usuario medio 130 euros anuales- y el establecimiento de una tarifa totalmente regulada a la que puedan acogerse la mayor parte de las familias, que no sobrepasan los 10 kW de potencia contratada y determinados límites de consumo. La tarifa regulada no implicaría contradicciones con la legislación comunitaria y mejoraría la situación de muchos hogares, que no han visto que su situación mejore apenas con el bono social de las legislaturas de Rajoy y Zapatero.

En su lucha contra la pobreza energética, FACUA califica de estafa a los consumidores la liberalización del sector iniciada en la etapa de José María Aznar y que ha convertido las prácticas del oligopolio en pura especulación.

Subidas estratosféricas en el recibo de la luz

Es más, el análisis de FACUA hace hincapié en que la parte fija de la factura se ha incrementado en quince años en un 152,8%. El precio de cada kW de potencia contratada ha pasado, redondeando a dos decimales, de los 1,73 euros/kW/mes (1,42 más ii) de todo 2003 a 1,99 euros (1,63 más ii) entre julio y diciembre de 2008, 3,78 euros (2,97 más ii) en agosto y septiembre de 2013 a los 4,36 euros (3,43 más ii) vigentes desde enero de 2017 hasta la actualidad.

Si atendemos a la proporción variable del recibo, el precio del kWh de energía consumida es hoy un 79,4% más caro que en agosto de 2003. Su evolución, redondeando a dos decimales ha sido la siguiente: 9,80 céntimos (8,04 más ii) en 2003, 13,17 céntimos (10,80 más ii) entre julio y diciembre de 2008, 15,90 céntimos (12,50 más ii) en agosto y septiembre de 2013 y 17,58 céntimos (13,83 más ii) en septiembre de 2018.