La NASA muestra el telescopio más potente que jamás se ha construido
Cuando damos noticias sobre los grandes logros de la NASA, solemos referirnos a hazañas, nuevos descubrimientos que han sido posibles gracias a la utilización de herramientas muy potentes, pero también con varios años a sus espaldas. Desarrollar telescopios, sondas y naves es muy, muy caro y, por eso, las herramientas no son todo lo nuevas que podrían.
Ahora, sin embargo, la NASA ha mostrado el telescopio más potente del mundo, una herramienta de vanguardia que permitirá explorar el espacio profundo, así como los cuerpos que tenemos a nuestro alrededor, de una manera imposible hasta la fecha. Se trata del James Webb, un telescopio que, por fin, reemplazará al Hubble.
El telescopio Hubble lleva 30 años orbitando la Tierra. Se encuentra a una altura de unos 600 kilómetros sobre el nivel del mar y, con él, hemos conocido algunas de las formas más impresionantes del espacio. Las últimas muestras son estas fotos espaciales, así como la materia oscura que, con algún truco, podía ser capaz de ''ver''.
Sin embargo, por muchas alegrías que nos haya dado, el Hubble tiene ya sus años, y hace unos 20 años la NASA empezó a idear el reemplazo. El James Webb es un telescopio de vanguardia cuyo desarrollo ha sido posible gracias a la colaboración de más de 15 países, además de las agencias Europea, Canadiense y la propia NASA.
Cuenta con un espejo principal que está formado por 18 segmentos con un área de 25 metros cuadrados, lo que supone un área cinco veces mayor que la del Hubble. Además, cuenta con una serie de reflectores que servirán para tener protegido el telescopio frente a la radiación.
La misión comenzará, si todo sale bien, a mediados del 2021 y tendrá de entre 5 a 10 años de duración. Es una vida estimada mucho menor que la del Hubble, pero teniendo en cuenta cómo la NASA ''actualiza'' sus equipos, es posible que dentro de 15 años sigamos hablando del James Webb.
Ahora bien, ¿cuál será la misión del nuevo telescopio más potente del mundo? Se trata de un telescopio espacial diseñado para observar, en la banda infrarroja, cuerpos presentes tanto en nuestro sistema solar, con un nivel de detalle que el Hubble no puede conseguir, hasta elementos de otras galaxias.
Solo queda esperar para ver si consiguen ponerlo en órbita el año que viene... o vuelven a retrasar el proyecto.
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