Las personas que sufren alergia al cacahuete, especialmente los niños pequeños, están de enhorabuena, porque tienen a su disposición un parche que ha demostrado en un estudio reciente que resulta eficaz como tratamiento para estos pacientes. 

La alergia al cacahuete o maní es uno de los tipos de alergia alimentaria más frecuentes en los niños de más de tres años. Esta afección no tiene a desaparecer a medida que vamos creciendo, de manera que suele persistir en la edad adulta. Resulta importante destacar que el número de alérgicos se ha multiplicado por dos en los últimos años. Se calcula que afecta entre el 0,4 y el 0,6% de la población.

Está calificada como una de las reacciones alérgicas alimenticias más severas a causa de su prevalencia y persistencia, por lo que es bastante peligrosa. Puede manifestarse por una rinitis, una urticaria, un eczema atópico, asma, vómitos o dolores abdominales, así como provocar reacciones más violentas, como choques anafilácticos.

Sin embargo, ahora los pacientes que sufren esta alergia tienen a su alcance un tratamiento que ha demostrado ser eficaz. Se trata de un parche llamado Viaskin y ha sido desarrollado por DBV Technologies, una startup francesa dedicada a la biotecnología. Lo que hace Viaskin es proporcionar pequeñas cantidades de proteína de cacahuete a través de la piel, un método que ha demostrado ser seguro y bien tolerado.

El ensayo que ha valorado su eficacia se ha llevado a cabo en un grupo de 74 voluntarios alérgicos con edades comprendidas entre los 4 y los 25 años. A algunos de ellos se les proporcionaron dosis altas (250 microgramos de proteína de cacahuete), dosis bajas (100 microgramos) o parches placebo, y todos usaron uno cada día aplicado en el brazo o entre los omóplatos.

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Después de un año, los científicos pudieron observar que tanto los de las dosis altas como los de las dosis bajas tenían capacidad para consumir por lo menos 10 veces más de proteína de cacahuete que al principio del tratamiento. Además, los efectos fueron mucho mayores en los niños entre 4 y 11 años. "El beneficio clínico que afecta a los niños más pequeños destaca la promesa de este enfoque innovador para el tratamiento de la alergia", asegura Daniel Rotrosen, uno de los autores del estudio.