En qué consiste practicar una jornada de salud mental, y por qué cada vez más médicos lo recomiendan

Los problemas de salud mental han crecido con la pandemia. Es hora de que les prestemos atención, antes de que empeoren.
El próximo 10 de octubre es el Día Mundial de la Salud Mental. Una conmemoración que intenta dar visibilidad a los problemas mentales de las personas.
Pero al mismo tiempo, cada vez más médicos piden a sus pacientes que practiquen un Día de la Salud Mental, porque es tan importante como comer sano o hacer ejercicio.
Tal como explica en The Healthy la psicóloga clínica Cheryl Rode: "Las jornadas de salud mental son importantes para personas de todas las edades, y pueden realizarse incluso en familia". ¿En qué consisten?
Las jornadas de salud mental son días en donde hacemos todo lo posible para relajar nuestro cerebro y hacer cosas que favorezcan nuestra salud mental.
Se trata de combinar actividades físicas y mentales centradas en el cuidado personal, en mejorar nuestro estado de ánimo, y hacer algo contra las posibles dolencias mentales que detectemos (estrés, ansiedad, depresión, falta de concentración, nervios, etc).
Los médicos recomiendan pedir un día libre en el trabajo al menos una vez al mes. Es decir, fuera de los fines de semana, y convertirlo en una jornada de salud mental, Pero si no es posible, se puede elegir un sábado o un domingo, una o dos veces al mes. ¿Y qué hay que hacer en este día?
Cada persona es diferente, y tiene diferentes necesidades mentales. Nosotros somos los que mejor nos conocemos, y sabemos cuáles son nuestros problemas mentales. Porque en mayor o menor medida, todo el mundo tiene alguno.
La clave es romper con la rutina diaria y hacer cosas que permitan a nuestro cerebro relajarse y recuperarse.
Un paso importante, es desconectar lo máximo posible del móvil y las pantallas.
Hay muchas actividades diferentes: hacer una excursión a la montaña, practicar yoga, pasar el día haciendo manualidades con tus hijos, cuidar un bonsái, leer un buen libro, tumbarse en una hamaca y contemplar el cielo, meditar, cultivar un huerto, quedar con amigos a comer o cenar (actividades tranquilas), ir a un museo, escribir un diario, hacer una comida que no habías hecho nunca...
Cada uno debe encontrar las actividades que más beneficien a su salud mental.
Numerosos estudios han demostrado que, si se practica habitualmente, estos días de descanso mental mejoran la concentración en el trabajo, ayudan a dormir mejor, hacen perder peso, mejoran el estado de ánimo, te hacen ser más optimista, e incluso mejoran las relaciones de pareja.
¿Te animas a probarlo?
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