Tesla tiene muchos problemas de producción, retrasos que hacen dudar de la capacidad de la compañía para cumplir sus objetivos. Mientras tanto, su CEO Elon Musk se ha embarcado en toda una caza de brujas dentro de la compañía.

El fundador de esta y otras empresas acusa a uno de sus empleados de sabotear la producción de Tesla, y lo hace en una carta dirigida a todos sus empleados. En la misiva, Musk hace público que se han detectado cambios en el código del sistema operativo bajo nombres falsos.

También acusa a este mismo trabajador -o trabajadores, ya que no se sabe cuántos son- de "haber exportado información sensible y confidencial a terceros" en un acto de sabotaje contra Tesla, algo que encajaría a la perfección en la definición de espionaje industria.

Son muchas las curiosidades que rodean a Elon Musk y a Tesla, una compañía muy cotizada y cuyos coches son deseados en todo el mundo, aunque últimamente está en el ojo del huracán.

Según muchos expertos, el fabricante se habría comprometido a entregar varios miles de Tesla Model 3, un objetivo que no se sabe si conseguirán, habida cuenta de los incumplimientos pasados a la hora de producir suficiente stock.

Elon Musk y el sabotaje, una historia que se repite

Según informa The Atlantic, no es la primera vez que Tesla ha sido saboteada, según la definición que el propio CEO tiene de sabotaje. Hace una década, en 2008, Musk inició otra persecución similar a esta.

En aquel momento el objetivo era encontrar al empleado que imprimió y pegó en las oficinas una carta abierta a los consumidores. En ella se informaba de que Tesla aceptó más pedidos de los que podía producir.

Para encontrarle, el propio Musk reescribió el texto en Word y comprobó cuánto pesaba. Acto seguido, cruzó esta información con la almacenada en las impresoras hasta que localizó al empleado responsable del comunicado, que fue fulminantemente despedido.