Las temperaturas a las que se congelan el diésel y la gasolina
Andrea Núñez-Torrón Stock

Durante las semanas más frías del invierno, muchos dudan de si el diésel o la gasolina pueden congelarse, especialmente si pasan la noche en la calle y se producen fenómenos como las heladas o las nevadas. Señalaremos que ambos combustibles pueden sufrir este problema, aunque en el caso de la gasolina es prácticamente imposible, ya que precisa temperaturas gélidas a las que no estamos acostumbrados en estas latitudes.
En el caso del diésel, el carburante se congela cuando la temperatura baja de los diez grados bajo cero. Cuando hace este frío las parafinas de este hidrocarburo líquido se pueden solidificar, formándose diminutos cristales que, aunque no implican grandes peligros, sí que bloquean el filtro del combustible y detienen el motor.
En el caso de la gasolina o el gasóleo, hablamos de combustibles más resistentes ante el frío y que por tanto, aguantan temperaturas más bajas de congelación: se suelen congelar a temperaturas cercanas a los treinta grados bajo cero, por lo que en España no sufrirás este problema, que sí afrontan ciudadanos de países como Rusia.
Si te sucede este problema tendrás que esperar a que las temperaturas suban, llevar el coche al taller en busca de solución o intentar que tu coche no duerma al aire libre. Por otro lado, si vas a planificar un viaje a un lugar con temperaturas muy frías, puedes optar por añadir aditivos al combustible, disponibles en las gasolineras, que rebajan la temperatura de congelación.
Este artículo fue publicado en TICbeat por Andrea Núñez-Torrón Stock.
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