La llegada de la huella digital supuso un gran avance en lo relativo a la protección de nuestros dispositivos (y los datos que estos albergan). Un paso hacia delante, en esta disciplina, similar al que están realizando desde el laboratorio de la Organización de Investigación Científica e Industrial Australiana, Data61, el cual permitirá que nuestra forma de caminar sea utilizada como contraseñay reconocida por nuestro dispositivo de cara a nuestra autenticación.

Como bien se resume en el documento publicado por Data61, este proceso tiene lugar gracias a la energía cinética que todos generamos a cada paso y también a la exclusividad de nuestra forma de caminar, la cual es personal en cada uno de nosotros. Esto hace que como ocurre con la huella digital, una vez sea reconocido por un smartphone (o tablet) nadie pueda acceder a él, ya que su copia es prácticamente imposible.

Para que este hecho tenga lugar, el dispositivo vigila la energía que generamos en cada marcha y, más en concreto, el patrón de la misma. Así, genera una firma única resolviendo primero, eso sí, los pequeños ascensos y descensos originados por nuestra peculiar forma de caminar. También, y de forma fortuita, se descubrió un modo de respaldar la energía que alimenta a los dispositivos a través de nuestra energía cinética. En palabras de Sara Khalifa, de Data61: “Hemos desarrollado una buena manera de alcanzar ambos al mismo tiempo”.

Muchas son las esperanzas puestas en esta nueva tecnología que permiteutlizar nuestra forma de caminar como contraseña, más tras los resultados obtenidos en las pruebas que incluyeron a 20 personas (en terrenos diversos). Su precisión, es del 95%, y su consumo, reducido en un 78% con respecto a otros intentos pasados, han hecho que los expertos crean en su viabilidad, más si tenemos en cuenta que sólo 13 de cada 100 veces pudieron piratearse. Un porcentaje reducido que indica que se va por el buen camino aunque quedan aspectos por pulir.

Huella Dactilar o Reconocimiento Ocular... ¿Cuál es mejor?

Esos que convertirán a nuestra forma de caminar en ese medio de autenticación infalible ya que, como alega Dali Kafaar, de Data61: “Es más segura que las contraseñas porque es más difícil de imitar ya que mantiene la autenticación del usuario de forma continua, recogiendo una cantidad significativa de información sobre nuestros movimientos” lo que la hace, como decíamos “más difícil de copiar o hachear (a diferencia de adivinar contraseñas o códigos PIN)".

Pero los intentos de Data61 van más allá nuestra forma de caminar, ya que trabajan también en otras opciones de autenticación como, por ejemplo, la respiración.