El cerebro humano sigue siendo todo un misterio para investigadores de todo el mundo, y se dice que una persona solo lo llega a aprovechar un 10% a lo largo de toda su vida.

Y si bien ya se ha hablado antes de las interfaces cerebro-computadora, ahora Samsung con ayuda de investigadores de Harvard, considera que puede acabar aplicando ingeniería inversa al cerebro mediante un método al estilo “copiar y pegar” de todo ese mapa de conexiones neuronales presentes en un cerebro y que trasladarían a un chip de ordenador.

No es ciencia ficción porque Samsung lo ha explicado en un comunicado de prensa y en una investigación publicada también en la revista Nature.

Básicamente lo que pretenden "es crear un chip de memoria que se aproxime a los rasgos informáticos únicos del cerebro (aprendizaje fácil, adaptación al entorno e incluso autonomía y cognición) que han estado más allá del alcance de la tecnología actual", se lee en la investigación.

El método utiliza una matriz de nanoelectrodos capaz de ingresar de forma efectiva en una cantidad de neuronas registrando cada una de sus señales eléctricas. Estas señales eléctricas grabadas se utilizarían para compilar el mapa neuronal detallando así la fuerza de las diferentes conexiones neuronales.

Posteriormente estos datos copiados de las conexiones neuronales del cerebro se pegarían en un chip de memoria como una unidad de estado sólido o bien en memorias resistivas de acceso aleatorio (RRAM).

Señalan que “cada memoria estaría programada para que su conductancia represente la fuerza de cada conexión neuronal en el mapa copiado”.

Eso sería un intento más para aplicar ingeniería inversa al cerebro. En todo caso los surcoreanos aún están muy lejos de ver un chip neuromórfico dado que necesitaría aproximadamente 100.000 millones de unidades de memoria para proporcionar una representación similar de todas las neuronas del cerebro con sus enlaces sinápticos.

Si te estás preguntando para qué podría valer exactamente esto, sería para que se pudiera crear una inteligencia artificial lo más similar posible a la humana, e igualmente podría aplicarse al campo vinculado a las interfaces cerebro-computadora (BCI) que permiten a los usuarios controlar los ordenadores con su mente.