Todos los que quieran un nuevo número de teléfono en China tendrán que ceder su cara al Gobierno

China le está cogiendo el gusto a usar el reconocimiento facial para tener controlados a sus ciudadanos. La última idea que ha tenido su Gobierno es obligar a todos los ciudadanos que quieran adquirir un nuevo número de teléfono a pasar por un sistema de reconocimiento facial.
A partir del próximo día 1 de diciembre, todo aquel que quiera registrar un nuevo número telefónico tendrá que registrar su rostro en una base de datos junto con el resto de documentos que el sistema ya exigía para completar la compra.
Según el Gobierno de China, la medida se ha establecido para "salvaguardar los derechos e intereses legítimos de los ciudadanos en el ciberespacio", sin embargo parece más una oportunidad de seguir controlando las actividades de los chinos en la red a través del móvil que es la herramienta que más se usa ahora mismo para navegar por el internet censurado de China.
Al igual que en el resto de países, los ciudadanos de China debía adjuntar una serie de documentos a la hora de comprar un nuevo número de teléfono. No obstante, mientras los demás presentamos el DNI, en el país asiático dan una gran cantidad más de datos, hasta fotos y vídeos de su cara para certificar que el número fuera sólo para ellos y no lo utilice una segunda persona.
Teniendo en cuenta la forma en la que está usando este país la inteligencia artificial y los sistemas de reconocimiento facial, es fácil pensar que detrás hay un motivo más oculto para aumentar el control virtual de la población. China ya usa gafas con esta tecnología para que la policía vigile a los viandantes.
Todo este control sirve como espionaje del día a día de millones de habitantes que deben seguir las normas si no quieren ser descubiertos infringiendo alguna norma delante de las cámaras con reconocimiento facial que vigilan las calles. Tirar un papel al suelo o cruzar una calle cuando el semáforo está en rojo puede suponer un castigo, al igual que hacer un uso "indebido" de internet.
Esto es lo que se conoce como el sistema de Crédito Social chino por el cual un ciudadano puede perder el derecho a volar en avión si pierde puntos por su actitud. Un sistema que también puede aplicarse a los turistas, aunque en menor medida.
A todos los datos que nutren este sistema de puntos se une ahora el registro facial gracias a este nueva ley, que por muy positiva que haya querido describirla el Gobierno ya ha recibido críticas de parte de los ciudadanos que lo ven como una invasión de su privacidad y derechos.
Puede que también sirva como medida de control para los manifestantes de Hong Kong, que ya han recurrido a protestar tapándose la cara y dejando de usar sus billetes de metro para no ser localizados en el lugar de la protesta.
Mientras, en contrapunto, el Foro Internacional de Economía pide que los países deben garantizar el uso justo y transparente de los sistemas de reconocimiento facial, pues la situación empieza a preocupar no sólo en China sino a nivel internacional.
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