Mejor prevenir que currar debieron pensar los técnicos encargados del lanzamiento de nuevos satélites de Starlink. La empresa de Elon Musk ha tenido que abortar el lanzamiento en el último momento ante la posibilidad de un fallo en el motor del cohete. 

Los satélites Starlink creados por la compañía de Elon Musk pretenden inundar el espacio más cercano a la Tierra para llevar internet a cada rincón del mundo. Su objetivo inicial es lanzar hasta 4.000 satélites de este tipo, pero hacerlo no es tarea sencilla. 

La última tanda de 60 nuevos satélites que pensaban mandar a la órbita terrestre ha tenido que quedarse en casa. Un fallo en el motor, alertó a los técnicos y propició que el lanzamiento de la nave Falcon 9 que pensaba llevarlos hasta arriba se tuviera que anular en los últimos segundos. 

El despegue fallido se retransmitía en directo por YouTube y después de varios minutos de espera en las que sólo se podía ver al cohete rodeado de humo, al final todo terminó igual que había empezado. El Michael Andrews explicaba en el vídeo los motivos que había llevado a tomar esta decisión. 

"Como acabas de escuchar" decía, "teníamos un problema con respecto a la potencia del motor que nos ha hecho abortar el lanzamiento de hoy". “Recuerde: el objetivo de la cuenta atrás es ayudarnos a detectar posibles problemas antes del vuelo. Hay mil maneras en las que un lanzamiento puede salir mal, y solo una forma de que salga bien".

Estas medidas de precaución, aunque defrauden a los espectadores que estaban siguiendo el lanzamiento desde casa, evitan que se produzcan accidentes como el que se vivió hace una semana cuando una nave prueba de SpaceX explotaba. 

Al final, la compañía ha indicado que la nave se encuentra bien y dispuesta para volver a intentarlo. Prometen desvelar pronto la fecha del próximo lanzamiento para que esos satélites lleguen a su destino.