Falta mucho, si alguna vez se consigue, para que un teléfono móvil sustituya a una cámara réflex o sin espejo. Tanto por la calidad (y tamaño) de los sensores como por los objetivos, hace falta mucha ingeniería e inteligencia artificial, además de miniaturización, para lograr eso. Pero lo cierto es que, año a año están comiendo terreno a las cámaras compactas.

En 2018 vimos un gran paso adelante en lo que a calidad de las cámaras en los móviles se refiere, sobre todo gracias a la inteligencia artificial y a una Huawei que, con el Huawei P20 Pro, mostró que más cámaras no solo significa ''mejor'', sino también ''más versátil'', algo que perfeccionó con el Mate 20 Pro y su gran angular, telefoto y cámara principal.

Cualquier teléfono móvil de gama media en adelante hace buenas fotos. Está claro que cuanto más dinero gastemos, mejores resultados obtenemos, pero desde un móvil de menos de 200 euros, como el Xiaomi Mi A2, hasta el P30 Pro (que acabamos de analizar y es impresionante en el apartado fotográfico). Y esa potencia a nivel de cámara puede ser la responsable de la actual bajada de ventas de cámaras tradicionales.

Lo que tenéis más arriba es el gráfico creado por CIPA (Camera Imaging Products Association) que refleja la distribución de cámaras en los primeros meses de de 2019 y lo compara con los mismos meses en periodos anteriores. Por primera vez en años, el envío de cámaras (con objetivo integrado o no) ha caído por debajo del millón de unidades.

Es algo que llama la atención y podría ser puntual, pero como se pueden ver en los datos mensuales de 2017 y 2018, parece que el mercado está viviendo un bajón importante casi mes a mes en el número de unidades enviadas. Y sí, los móviles y la calidad de sus cámaras podría ser la principal causa de la disminución de ventas de cámaras.