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Por qué el coche de hidrógeno lo tendrá tan difícil ante el coche eléctrico

Vanesa Matesanz

Toyota Mirai Hidrógeno

El auge de la movilidad sostenible en los últimos tiempos es innegable. Las ventas de coches eléctricos siguen creciendo, las empresas de carsharing y motosharing acercan a los ciudadanos esta variante de movilidad… Pero, ¿es acaso el único tipo que existe? Para nada.

Los coches de hidrógeno son otra opción, pero bastante menos conocida que la eléctrica. Por eso queremos desgranar y “sacar a la luz” a este gran desconocido: cuándo y cómo surge, por qué no consigue triunfar frente al coche eléctrico, cuáles son sus ventajas y desventajas, su situación actual… ¡Te lo contamos todo!

Cómo funciona un coche de hidrógeno y cuál es su origen

Cuando hablamos de un coche de hidrógeno nos referimos a los vehículos que consiguen moverse gracias a un combustible alternativo basado en el hidrógeno diatómico.

Para producir su propia electricidad, el coche hace que el hidrógeno que lleva en su interior, reaccione con el oxígeno. Así, esta electricidad queda dentro de sus baterías para conseguir que funcione el motor. En carretera, la pila del combustible le dará una potencia mayor al motor mientras recarga la batería cuando frenamos. Después, llega al exterior como vapor.

Prueba Hyundai Nexo hidrógeno
Rodrigo Fersainz, fabricante

Su creador fue Stanley Allen Meyer, que diseñó la pila de combustible de agua. Un hombre que, si levantase la cabeza, alucinaría con lo que ha sucedido finalmente con su invento. Y es que cuando Meyer aseguró que un coche readaptado podría funcionar con agua en vez de con gasolina, un tribunal de Ohio aseguró que esto era un absoluto fraude. Corría el año 1996 y Meyer tuvo que devolver hasta el último céntimo a sus inversores.

¿Cuáles son sus principales ventajas y desventajas?

Cuando oímos hablar del funcionamiento del coche de hidrógeno, nos suena realmente sencillo, incluso más que el de un coche eléctrico. Pero lo cierto es que actualmente cuenta con más inconvenientes que puntos a favor.  

El principal hándicap de este tipo de movilidad es que el hidrógeno necesita ser “tratado” para conseguirse en estado puro (sí, aunque sea uno de los elementos que más abundan en el mundo). Es decir, hay que seguir procesos tales como la descomposición de los hidrocarburos de las energías fósiles, la hidrólisis, electrólisis… Todos ellos relativamente caros y complejos, hasta contaminantes en algunos casos, lo que obviamente encarece a su vez el precio final de este tipo de vehículos, resultando aun menos convincente que el coche eléctrico para el bolsillo del consumidor.

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Si lo comparamos directamente con el coche eléctrico, que es el tema que nos ocupa, los inconvenientes son claramente dos: unos procesos de fabricación, como hemos visto, más complejos (y más contaminantes) y un coste superior. Por ejemplo, uno de los modelos más conocidos de coche de hidrógeno, el Toyota Mirai, tiene un precio que ronda los 65.000 euros aproximadamente (en función del país y de las posibles ayudas a las que podamos acogernos en el mismo).

Además, también son más contaminantes. Como lo lees: Transport & Environment asegura en un estudio que la eficiencia final de un coche 100% eléctrico es del 73%, mientras que los de hidrógeno apenas llegan al 22%, quedándose a tan solo 9 puntos del 13% que tienen los modelos térmicos.

Pila de combustible

También debemos tener presente la complejidad del sistema de un coche de hidrógeno frente a uno eléctrico: ambos cuentan con una batería de iones de litio, pero al primero de ellos además hay que sumarle la pila de combustible. Esto hace que la complejidad de la mecánica del vehículo sea mayor, además de más cara, ya que para realizar esta pila también se utilizan metales preciosos tales como el platino.  

Otra de las desventajas de esta movilidad es que se requiere mucho espacio para el almacenaje de hidrógeno: 3 veces más que para la gasolina o el diésel, lo que hace más complicado el diseño del mismo y la comodidad en su interior. Aunque esto sí está prácticamente subsanado.

¡Pero ojo! Este tipo de coches superan en dos puntos bastante relevantes  a los eléctricos. El primero de ellos es en el tiempo de carga, ya que un coche de hidrógeno se carga en un tiempo similar a uno de gasolina o diesel, así que en eso sí que no tiene comparación. Y el segundo es la autonomía, ya que los últimos modelos de coches de hidrógeno pueden llegar a una autonomía de 800 y hasta 1.000 kilómetros.

Así que si te preguntas si es mejor o peor que un coche eléctrico… la respuesta es compleja. De momento la pila de hidrógeno lo tiene más complicado que el coche eléctrico por la escasez de ventas, carga, coste, precio y sin sinfín de motivos más.

La situación actual del coche de hidrógeno: menos de 6.500 coches vendidos en 5 años

Según pudimos comprobar gracias a Information Trends en su último informe titulado “Mercado global de vehículos de pila de combustible de hidrógeno, 2018", se han vendido exactamente 6.475 unidades en todo el mundo hasta finales de 2017 desde que empezase a comercializarse. Teniendo en cuenta que esto sucedió en el año 2013, la cifra parece bastante irrisoria, aunque realmente se han duplicado en el último año.

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Pero, ¿sabes? Esto se debe principalmente al auge en un punto determinado de la geografía mundial. Hay un lugar en el mundo en el que estos coches campan a sus anchas, más allá que en ningún otro. Y es que más del 50% de estos vehículos se han vendido únicamente en California, un estado que se ha convertido en un auténtico revolucionario, capitaneando con una diferencia descomunal la flota de este tipo de coches (seguido por Japón). En cuanto a fabricantes, Toyota es la casa con más peso dentro de este tipo de movilidad, con un 75% de las ventas.

Naqi Jaffery, autor del informe, asegura que la infraestructura para este tipo de coches sí que avanza, pero muy despacio. En la zona noreste de Estados Unidos, por ejemplo, se siguen construyendo estaciones de hidrógeno, aunque no será hasta el año 2020 cuando haya una red “decente” para este tipo de coches. Jaffery también hace hincapié en que precisamente los coches eléctricos podrían haberse beneficiado de esta situación, algo que cambiará cuando la red se extienda, asegura.

De momento habrá que esperar para ver si esto sucede, y si el coche de pila de hidrógeno consigue superar los retos marcados para hacer frente al auge del coche eléctrico.

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