Xiaomi Mi Smart Air Fryer, análisis de la freidora sin aceite de Xiaomi

Xiaomi ha lanzado un montón de dispositivos este año, pero sin duda, uno de los que más esperaba era la freidora sin aceite o Mi Smart Air Fryer.

No me gusta llamarla freidora porque no lo es, ya que es un hornito de convección, pero lo que sí es es un dispositivo que te puede sacar de algún apuro y que nos va a permitir cocinar rico, rápido, controlando el proceso a distancia y, sobre todo, algo más sano.

Y, tras una semana y media probándola, os cuento mis impresiones y opinión de la 'freidora' sin aceite de Xiaomi en este análisis.

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Apartados del análisis de la freidora sin aceite de Xiaomi:

• Diseño: futurista y minimalista, pero con predilección por las huellas
• Controles y conectividad: muy fácil de usar con su rueda de control o con el móvil
• Experiencia de uso: recetas sabrosas en una cesta para una... dos personas
• Conclusión: un horno de convección, sí, pero 'inteligente' y con buenos resultados

Futurista y minimalista, pero con predilección por las huellas

La Mi Smart Air Fryer destaca por varias cosas, pero uno de sus puntos más fuertes es el diseño. Y es que, es un electrodoméstico bastante compacto con un diseño muy Xiaomi, como al que nos tienen acostumbrados con la casa Mijia.

El acabado es en un blanco muy pulcro que es elegante y que atrapa las huellas que da gusto, pero pese a ese detalle, me gusta lo minimalista que resulta. 


Tenemos una palanca para tirar del recipiente, una rueda de control, un botón central en la propia pantallita y un botón táctil para encender el dispositivo. 

Nada más, pero es que realmente tampoco necesitamos más para controlar el hornito, como veremos más adelante.

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En la parte trasera tenemos una salida de aire caliente y es recomendable dejar un par de palmos entre esa salida y la pared para que fluya con la mayor facilidad y en la base contamos con una serie de ranuras por la que entra aire.

El cacito o el recipiente en el que introducimos los alimentos tiene una capacidad de 3,5 litros y aquí hay dos cosas que decir.

La primera es que es cómodo retirarlo y ponerlo para meter los alimentos. Tiene una capa antiadherente que funciona realmente bien, un doble fondo para facilitar tanto la limpieza como la filtración de grasa y también cuenta con una rejilla que podemos poner y quitar en función de la comida que vayamos a preparar.

En ese sentido, me ha gustado, pero el tamaño es algo pequeño para según qué comidas y dependiendo de cuánto seamos en casa. 

En mi caso somos una pareja y no hemos tenido problema alguno excepto en dos ocasiones: a la hora de hacer patatas ‘chips’, como las de bolsa, y a la hora de hacer galletas, ya que para estos dos preparados hay que hacer tres o cuatro rondas de horneado para tener cierta cantidad.

Pero bueno, por lo demás y para continuar con el diseño, creo que es bastante bonita y, desde luego, mucho más fácil de entender y con mejor diseño que muchos electrodomésticos del estilo.

Muy fácil de usar con su rueda de control o con el móvil

Pero bueno, la clave de estos dispositivos es la facilidad de uso y lo buena, o no, que salga cada receta. De eso último hablaremos más adelante, ya que ahora nos vamos a centrar en el control. Y, creedme, es facilísimo.

Vamos a poder utilizar la freidora tanto con el móvil como con la voz y, evidentemente, con los controles manuales del propio electrodoméstico.

Con la ruleta vamos a poder controlar pasar de izquierda a derecha por los menús, así como subir y bajar tanto el tiempo como la temperatura, que va desde los 40º hasta los 200º.

Con un toque en la pantalla aceptamos y con una pulsación mantenida cancelamos y la propia freidora, aunque no me gusta llamarla así porque no es una freidora, tiene una serie de ajustes predefinidos para diferente tipo de platos como pescado, carne, patatas o verduras.

He utilizado estos modos alguna vez y van bien, la verdad, pero al final siempre que no controlo el dispositivo con el móvil, ajusto los parámetros de tiempo y temperatura manualmente.

Pero bueno, gran parte de la gracia de la Xiaomi Mi Smart Air Fryer es el control con el móvil y las funciones ‘smart’.

En cuanto encendemos la freidora por primera vez y abrimos la app de Xiaomi Home, la conexión se produce y es superfácil, ya que en mi caso no hubo que hacer absolutamente nada.

Esta app sirve para controlar el proceso a distancia y vamos a poder enlazarlo con Assistant para controlar algunos procesos con la voz, haciendo las cosas muy fáciles si, por ejemplo, tenemos las manos manchadas.

Además de poder controlar los modos y parámetros que podemos controlar desde el electrodoméstico, pero desde el móvil, también vamos a tener unas 100 recetas explicadas y con el tiempo y temperatura perfecto para cada caso porque no es lo mismo un aguacate con huevo que unas verduras con tempura, unas galletas o un bizcocho.

Como digo, la experiencia de usuario es intuitiva y muy sencilla. Cuando la máquina se ha precalentado pita, sacamos la cesta, metemos los alimentos, volvemos a introducir la cesta… y automáticamente empieza el proceso de cocción.

Además, es muy sencillo programar cualquiera de los modos para definir que empiece a hacer la comida a la hora que queramos. En este sentido es calidad de vida.

Algunos alimentos y recetas necesitan que les demos la vuelta y eso también te lo indica con un pitido. Cuando la freidora considera que es el momento, pita para que demos la vuelta al alimento y, al introducir la cesta, se vuelve a poner en marcha.

¡Ah! Algo importante, el consumo. Cuando está precalentando ‘come’ 1.580 W. No deja de ser lo normal.

Y otra cosa, cuando estamos cocinando, la mitad inferior quema un poquito, pero la mitad superior se mantiene perfectamente fresca.

Recetas sabrosas en una cesta para una... dos personas

¿Y qué tal está lo que preparamos? Pues, ciertamente, rico. Hemos hecho varias recetas y durante esta semana lo hemos estado usando a base de bien para hacer cositas tanto por nuestra cuenta como siguiendo al pie de la letra lo que dice la aplicación.

Pero bueno, voy a centrarme en algunas cosas que me han llamado la atención para contar qué tal la experiencia. Lo primero que hicimos, evidentemente, fue volcar patatas congeladas para hacer unas patatas fritas que salieron buenísimas sin una gota de aceite y crujientitas.

Salen como si las hicieras en el horno de aire, ni más ni menos, pero la siguiente vez nos pusimos a hacer patatas chips, como las de bolsa. Hay que laminarlas con la mandolina, meterlas unos minutos al agua, secarlas, condimentarlas y a la freidora, todo como dice la receta de la app.

No salieron. Creo que las partimos demasiado finas y se tostaron de más. Además, como hay que ponerlas separadas unas de otras, hay que hacerlas en dos o tres tandas, por lo que te tiras una hora para hacer las patatas.

Lo siguiente fueron patatas estilo fritas, pero naturales, cortando nosotros las patatas. Y lo cierto es que salieron cocidas y muy buenas, pero no con ese crujiente típico de las patatas fritas.

Si nos vamos a otras recetas, el brownie es muy fácil de hacer siguiendo la receta, aunque puede que sea algo pequeño y hay que corregir esta receta, ya que lleva un exceso de sal que es molesto en el brownie final. La siguiente vez que lo hicimos eliminamos parte de esa sal y quedó buenísimo.

El aguacate con huevo también ha quedado riquísimo y ha sido siguiendo una receta de la app, pero lo que más me sorprendió fueron las galletas.

La receta es de galletas con pasas, pero sustituimos las pasas por chocolate. Esta receta también te dice que pongas 160 gramos de azúcar moreno y otros 160 de azúcar normal y, como nos pareció una burrada, solo echamos 200 gramos de azúcar moreno.

Salieron muy dulces y al segundo día, más duritas, estaban genial. Se parecen mucho a las típicas cookies de chocolate de una panadería, por ejemplo.

Y claro, algún que otro precocinado como nuggets veganos rebozados o verdura en tempura también sale más crujientito que en un horno de resistencia. 

Los que hemos probado salen muy bien, pero esos precocinados dejan un olor a frito insoportable, sobre todo si, como nosotros, no soléis freír.

Y no, no hay que echar ni una pizca de aceite extra, pero los precocinados van a dejar un olor a cadena de comida rápida por toda la casa.

Un horno de convección, sí, pero 'inteligente' y con buenos resultados

Al final, y esto es lo más importante y lo que quiero dejar claro, es que esto no es más que un horno de convección, un hornito de aire de los de toda la vida, pero con un diseño muy mono y muy compacto.

La cesta es pequeñita para según qué recetas y creo que una familia de cuatro no podría tirar con esto para preparar comidas enteras porque se tiraría un buen rato cocinando y el cacharrito consume lo suyo, pero para una pareja o alguien que viva solo, creo que es un buen dispositivo.

Y, ojo, creo que lo es tengáis un horno o no, ya que es muy útil el control con el móvil para, por ejemplo, dejar algo preparándose y que el aviso de ‘completado’ te llegue al reloj o al móvil.

Xiaomi Mi Smart Air Fryer

Freidora sin aceite de Xiaomi con una capacidad de 3,5 litros. Tiene temperatura regulable de entre 40 y 200 ºC, es programable y se puede controlar desde el móvil mediante la app Mijia.

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Por unos 100 euros, que es lo que ronda esta freidora de Xiaomi sin aceite, creo que vale bastante la pena, sobre todo si queréis empezar a quitar unas cuantas calorías de las comidas.