En 1.903 se corrió por primera vez el Tour de Francia. Esto es significativo, porque la carrera representó la primera vez que una gran distancia (2.428 km) era recorrida en bicicleta bajo el esquema de carrera por etapas. Los 60 deportistas que compitieron en esa ocasión son conmemorados hoy por Google, en su página española, con el doodle que se puede ver arriba.

Y es que los primeros ciclistas se ganaban el premio a pulso. Hay que tener en cuenta que en las primeras ediciones del Tour de Francia, las etapas tenían con frecuencia 400 km. A pesar de haber comenzado con seis, era una labor titánica, sacada adelante con equipos muy primitivos y sobre vías nada amigables.

A medida que pasó el tiempo, la estructura del Tour de Francia cambió. Se aumentó el número de etapas, y también la longitud total de la carrera, pero el promedio de longitud de cada etapa se redujo. Hoy en día, se corren 24 etapas, y la carrera total presenta un recorrido de 5.500 km. No está tan mal. Cada etapa en promedio tiene entonces alrededor de 230 km.

El Tour de Francia en sus primeras ediciones se limitó a recorrer terreno en el país que le da el nombre. Sin embargo, desde 1.905 se incluye Alemania, y en 1.906 se corre la primera etapa en territorio español. Hoy en día el recorrido de la carrera pasa por todos los vecinos de Francia, e incluso en ocasiones se han corrido etapas en países que no tienen límite físico con esta, como por ejemplo Irlanda.

La acogida que tuvo la competencia fue mundial. Pronto (bueno, en 1.957) comienza a transmitirse por televisión, y probablemente para dar más soporte a los esquemas de publicidad que hacían de la justa un éxito mundial, en 1.969 los equipos dejaron de ser nacionales, para convertirse en equipos de deportistas profesionales, sin importar su nacionalidad, que eran patrocinados por una marca o compañía. Ese es el esquema bajo el que se desarrolla la competencia hoy.

Han sido varios los españoles que hicieron su nombre en el Tour de Francia. El primero de ellos fue Federico Martín Bahamontes, ganador de la prueba en 1.959. En 1.973 el triunfo se quedó de nuevo en manos españolas con Luis Ocaña, igual que en 1.988 con Pedro Delgado.

Pero probablemente, el nombre español más asociado con el Tour de Francia es el de Miguel Indurain, quien desde 1.991 hasta 1.995 se convirtió en el primer competidor en ganar cinco veces consecutivas la competencia.

El cambio de siglo trajo nuevas victorias para los deportistas españoles, y en 2.006 Óscar Pereiro se llevó el triunfo. 2.007 y 2.008 fueron también años de victorias españolas, con Alberto Contador y Carlos Sastre. Contador repetiría su hazaña en el 2.009.

La historia del Tour de Francia es una celebración al espíritu deportivo y a la fortaleza del hombre. A pesar de haber tenido momentos difíciles, como los periodos en que se vio suspendido por las dos Guerras Mundiales, o vergonzosos, como la admisión en 2.013 por parte de Lance Armstrong de que sus 7 victorias fueron producto del dopaje, no cabe duda de que es una gran competencia, que une y paraliza a una gran parte del mundo, y que tiene fuerza para 100 ediciones más.