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La inteligencia artificial da un salto aterrador con la creación de robots con conciencia propia

Investigadores chinos consiguen meter minicerebros cultivados en laboratorio en robots, permitiéndoles controlar sus movimientos y acciones.

Robots inteligencia artificial China

Laboratorio Haihe

Foto del redactor Carolina González ValenzuelaFoto del redactor Carolina González Valenzuela

Redactora de Tecnología

Un equipo de investigadores chinos ha logrado dar un paso hacia adelante, hasta entonces nunca visto, en lo que al campo de la robótica y la inteligencia artificial se refiere: han desarrollado un sistema que permite a minicerebros vivos, creados desde cero en laboratorio, controlar robots.

Esta locura de avance, con nombre MetaBOC —Brain-On-Chip—, abre laa veda a una nueva generación de robots casi inimaginables. El sistema se basa en el uso de organoides cerebrales, estructuras celulares tridimensionales que replican el funcionamiento del cerebro humano pero a pequeña escala.

¿Cómo funciona? Estos organoides o minicerebros se insertan a un microcontrolador que sirve como interfaz entre el cerebro biológico y el robot. Gracias a este sistema, pueden aprender y adaptarse a su entorno, permitiendo al robot desarrollar habilidades como la posibilidad de moverse, evitar obstáculos o incluso coger objetos.

"La interfaz cerebro en un chip es un cerebro en un chip que se forma acoplando 'cerebros' cultivados in vitro (como organoides cerebrales) a chips de electrodos. Utiliza codificación, decodificación y estimulación-retroalimentación para realizar su interacción con información externa", comenta Ming Dong, director ejecutivo del Laboratorio Haihe.

Robots cerebro IA

Laboratorio Haihe

Los resultados que han conseguido obtener los investigadores chinos pintan bastante bien, pero aún es pronto antes de poder plantearse un uso a gran escala. Aquí el principal problema es esa lucha por mantener vivos esos minicerebros. 

A todo esto se le suma que ese proceso de aprendizaje no es de la noche a la mañana, por lo que, en general, aún falta tiempo para poder ver a estos robots con conciencia propia en la vida real.

Suena a ciencia ficción, pero ya es una realidad que pone sobre la mesa un gran problema: la ética

El desarrollo de MetaBOC, ha abierto la veda un debate: ¿Es ético utilizar cerebros vivos para controlar máquinas? Si bien no tienen conciencia ni sentimientos en este momento, ¿quién puede garantizar que no los desarrollarán en el futuro?

Si los cerebros controlan robots, ¿quién es responsable de las acciones de estos? ¿El cerebro, el robot o el programador? ¿Cómo se puede asegurar de que estos robots se utilicen para el bien y no para el mal?

Desde luego que las preguntas son casi infinitas y este es el resultado de que algo casi de película tome forma en la vida real. Si bien los avances en tecnología son símbolo de progreso humano, no se puede negar que esto abre la puerta a serias dudas y sobre todo miedos.

Al final, y como ya se está viendo, el futuro de la robótica y la inteligencia artificial está en manos humanas, por lo que no estaría de más asegurarse de que estas tecnologías se desarrollan y utilizan de manera responsable, en beneficio de toda la humanidad. ¿Es necesario un marco legal duro? Esa es otra gran pregunta.

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Etiquetas: Inteligencia artificial, Hardware