Las nuevas entregas de la popular franquicia Dune han vuelto a demostrar que no siempre las películas originales son mejores que sus remakes, al contrario de lo que acostumbra a decirse. De hecho, en no pocos casos es precisamente al revés lo que sucede. 

Aquí te dejamos remakes que no solo le dan mil vueltas a los originales, sino que quizá ni siquiera sabías que estaban inspiradas por otras producciones más antiguas. 

La momia (1999)

Hay quienes consideran esta recordada película de aventuras protagonizada por Brendan Fraser, un remake del clásico de 1932, mientras que otros no. 

Desde luego, ambas producciones no solo comparten nombre, compañía y ambientación, sino también argumento en gran medida. 

En ambos casos, un grupo de arqueólogos reviven accidentalmente a una milenaria momia, que se enamora de una joven que tiene cierto parecido con la princesa de quien estuvo enamorada en vida, y que al final fue la causa de su muerte. Más parecidas, imposible.

La cosa (El enigma de otro mundo) (1982)

Considerada por muchos una obra maestra del terror, La cosa de John Carpenter supera ampliamente a la película original estrenada 1951, y llamada también El enigma de otro mundo. Ambas, eso sí, tienen como base la novela de John W. Campbell.

Cuando se estrenó en 1982, La cosa se convirtió en una película rompedora, que después ha influido en muchos sentidos a otras obras de terror posteriores. 

Su cuidada ambientación y angustiosa atmósfera han permitido que algunos la tengan al mismo nivel incluso que Alien (1979) y esté considerada una película de culto. 

La mosca (1986)

La mosca, dirigida por David Cronenberg y protagonizada por Jeff Goldblum y Geena Davies, es otra de las grandes películas de terror y ciencia ficción de los años 80. No solo por resultar inquietante y siniestra en algunos momentos, sino también profundamente emotiva.

La progresiva transformación del personaje fue un auténtico prodigio a nivel de maquillaje y efectos especiales en su momento. A pesar de todo, tampoco hay que menospreciar el clásico de 1958.

El precio del poder (1983)

Película violenta e icónica donde los haya, El precio de poder supo unir el talento del director Brian de Palma y de Al Pacino para crear todo un referente dentro del cine de gángsters (y no será porque no los hay). 

Lo que no todo el mundo sabe es que antes ya existía una adaptación de la novela original de Armitage Trail. La primera película, Scarface, remonta nada más y nada menos que a 1932, y hasta tiene a Boris Karloff apareciendo por allí. 

Dune (2021)

Los fans de la conocida saga literaria Dune tuvieron que esperar décadas hasta que finalmente el cine creara una adaptación digna de este clásico de la ciencia ficción. Lo logró en 2021, con la película de Denis Villeneuve que ahora ha tenido su primera secuela. 

El intento de David Lynch de 1984, en cambio, fue un batacazo de crítica y público. Es cierto que con los años muchos han querido ver una película de culto, pero hasta el excéntrico director ha renegado siempre de este proyecto, que en cierto sentido pareció terminar superándole. 

Heat (1995)

Heat está considerada una de las mejores películas policíacas de los años 90, y a poco que se apure de la historia, gracias a la eficiencia de Michael Mann y el oficio de Robert De Niro, Al Pacino y Val Kilmer. 

Curiosamente, seis años antes de su estreno, el propio Michael Mann probó suerte con Corrupción en Los Ángeles, el piloto para una serie que no llegó a buen puerto, y que compartía el mismo argumento. Claro, que todo con menos presupuesto, actores de menor nivel y la mitad de duración. 

En definitiva, está claro que los remakes pueden en ocasiones estar muy por encima de las películas originales en las que se basan. A veces por resultar más modernas, pero casi siempre por el talento que ha existido detrás de ellas.