2015 fue un año importante para el mundo del entretenimiento en España. Ese año entró oficialmente a nuestro país Netflix. Con la plataforma de streaming lanzada en la península se abría un mundo de series y películas, además de las primeras producciones propias.

Amazon Prime Video llegó en 2016. Disney+ hizo lo propio en plena pandemia, en 2020, cosechando un éxito sin precedentes gracias a que todo el mundo estaba deseando consumir más contenidos. En 2021 llegó HBO España, ahora conocida como HBO Max.

En 2019 se estrenó Apple TV+, el servicio de streaming del fabricante del iPhone. SkyShowtime, la última en aparecer, llegó a principios de 2023.

Estas son las principales plataformas de streaming en España, sin contar las respuestas locales como Filmin, Movistar+, ATRESplayer o RTVE Play. Vivimos en un mundo muy diferente previo a ese 2015, donde todo el contenido lo conseguíamos mediante las plataformas de pago de operadoras, mediante compra de DVD o Blu-Ray o con descargas.

8 años después, el mundo de las plataformas de streaming, esas que venían a cambiar por completo el mundo del consumo de contenidos como series y películas, empieza a entrever que en realidad hemos estado mirando a un lobo con piel de cordero. Estas plataformas cada vez se parecen más a la vieja TV, sobre todo en algunos países donde han empezado a empaquetarse por canales.

El futuro de las plataformas de streaming es incierto, sobre todo porque si bien la competencia es sana, pocas familias pueden permitirse suscribirse a todas las plataformas de vídeo, además de música.

Cómo la sobreproducción ha llevado a las plataformas de streaming a subir sus precios (entre otros motivos)

Nadie se imaginaba que tras ser fieles usuarios de estas plataformas de streaming, estas empresas, dedicadas a generar beneficios, decidiesen subir sus precios para hacer frente a sus costes. Una empresa busca beneficios, y si está listada en un mercado de valores, su único fin es la de mejorar su valor para los accionistas.

Ekaitz Ortega, nuestro compañero responsable del área de entretenimiento de Hobby Consolas, lo resume perfectamente: 

"Ya no es cuestión de solo invertir, ahora también esperan resultados. Se acabó el dar dinero a negocios con potencial de crecimiento: es el momento de demostrar que son rentables o útiles. Porque además no es lo mismo Prime Video, con lo que genera para Amazon, o Disney+ con los parques temáticos, el merchandising y lo que hace por la marca Disney, que Netflix, que debe vivir solo del streaming".

Por eso, cuando Netflix anuncia subida de precios, no debería extrañarnos. Estas plataformas, Netflix y Disney en particular, hace tiempo que decidieron apostar por su propio contenido. Estas producciones son caras, pero a la larga les merece más la pena porque así no tienen que depender de otras productoras.

El problema es que han generado tantas producciones propias en busca de un contenido que le interese a cada suscriptor que la inversión es demasiado grande. De ahí parte del problema de las subidas de precios.

"Se está produciendo demasiado, más de lo que el espectador puede seguir, por lo que se segmenta al público", comenta nuestro compañero Ekaitz Ortega. Esto provoca una elección más precisa de qué servicios suscribirnos. 

"Ha llegado el momento en que hemos dejado de tener todas las plataformas para quedarnos con la que más se adapta a nuestros gustos. No dejan de llegar nuevas opciones y eso afecta a nombres que parecían intocables hace año y medio", añade.

Netflix se ha convertido en una de las grandes productoras de entretenimiento del mundo. Tiene dos grandes centros de producción en California y en España, pero apuesta de forma muy contundente en producciones locales que pueden exportar a otros países.

El juego del Calamar (Corea del Sur), La casa de Papel (España), Dark (Alemania), Heartstopper o The Crown (Inglaterra) son algunas de las producciones locales que han tenido una enorme repercusión internacional.

Bob Iger, CEO de Disney, comentó en una entrevista a The Hollywood Reporter que quizá habían hecho demasiadas series y películas de Star Wars o Marvel, lo que ha provocado un cierto descontento entre los fans por la baja calidad de las últimas producciones. Además, Disney+ imitará a Netflix y pondrá fin a las cuentas compartidas.

En países como EEUU, donde Disney tiene 3 plataformas de streaming, su futuro se parece cada vez más al de la vieja tele por cable con combinaciones. En este país puedes conseguir paquetes que combinan Disney+, Hulu y ESPN+ en diferentes modalidades, cada una con una cuota mensual diferente.

Las plataformas de streaming curaron la piratería, pero con la subida de precios y el cierre de cuentas compartidas… ¡ARR, marinero! 🏴‍☠

La piratería fue "una lacra" en España y prácticamente en todo el mundo en el periodo previo a las plataformas de streaming.

España fue un país especialmente prolífico a la hora de crear webs de descargas, también a la hora de consumirlo. Pero Spotify, Netflix y otras plataformas ofrecen tanto, por tan poco, con aplicaciones para todos los dispositivos, que hace falta piratear.

Pero ha llegado una época en la que la subida de precios o el bloqueo de cuentas compartidas puede prever una subida de la piratería. ¿O nos hemos acostumbrado al streaming de una forma que la piratería simplemente no compensa?

Según la Oficina de la Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) uno de cada cinco jóvenes reconoce descargar contenidos pirateados, como indica Ethic. La piratería nunca desapareció, bajó a niveles mínimos, pero hay mucha gente dispuesta a ahorrar mucho dinero buscando contenidos fuera de las plataformas donde están disponibles.

En datos de 2015, algunas organizaciones de derechos de autor indicaban que más del 87% de los contenidos digitales consumidos ese año eran ilegales. Se refieren a libros, videojuegos, series, películas, música y fútbol.

La misma organización, el Observatorio de Piratería y Hábitos de Consumo de Contenidos Digitales, cifra en su último estudio publicado en 2021, que la piratería ha descendido desde 2018 un 20% acumulado. Y es el fútbol el contenido más pirateado, debido a las licencias y exclusividad que tienen algunas plataformas.

La forma de piratear también ha cambiado. La era de eMule murió, incluso BitTorrent, aunque sigue siendo una forma popular de descargar, no ha vuelto a los niveles previos a 2015-2016.

Son las redes sociales y aplicaciones como Telegram o WhatsApp donde más crece la piratería y son canales de distribución mucho más complicados de moderar que las webs.

La pregunta del millón es la misma de antes: si siguen subiendo precios, combinando plataformas y limitando más su uso, ¿se mantendrán los usuarios fieles pagando religiosamente?