La llegada del ADSL a España, rozando el año 2000, marcó un antes y un después en la evolución de las telecomunicaciones en el país. Esta tecnología de banda ancha, que permitía una conexión a Internet más rápida y estable que los anteriores sistemas, marcó el inicio de una nueva era digital para millones de hogares y empresas. 

Sin embargo, tras 25 años de servicio, el ADSL se encuentra en las últimas etapas de su vida, eclipsado por la superioridad y la amplia disponibilidad de la fibra óptica. 

"Realmente el ADSL no se ha quedado obsoleto, se podría seguir utilizando, pero la fibra óptica tiene más ventajas, se mejora considerablemente la velocidad, llegando hasta 200.000 km/s, se amplía el ancho de banda, se mejora la latencia y se reduce el impacto ambiental al consumir la red fibra óptica casi 20 veces menos", comenta en una entrevista para Computer Hoy Alejandro Bazal Castells, CEO de Zalcu Technologies.

Tal y como comenta Alejando, en la actualidad la fibra óptica ha superado ampliamente al ADSL en términos de rendimiento, fiabilidad y disponibilidad. Con velocidades de descarga y carga que pueden alcanzar varios cientos de megabits por segundo, la fibra óptica ha cambiado por completo las reglas del juego.

El día clave ya ha llegado: adiós al ADSL con Telefónica dando el primer paso

¿Por qué este cambio ahora?

Siendo el principal operador nacional, Telefónica lidera esta transición hacia la fibra óptica, que se espera que se complete con el tiempo —matizar que irá poco a poco, aunque se establezca una fecha límite—. "Telefónica continúa avanzando en su transformación para seguir siendo líder. El nuevo mundo digital pasa por nuestras redes", comentaba hace justo un año José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica, a través de un comunicado.

Sin embargo, otras compañías también están siguiendo este camino, como Vodafone, Orange y MásMóvil, anunciando el cierre gradual de sus servicios de ADSL para fomentar la adopción de la fibra óptica. 

Se está dando este paso por varias razones que benefician a las empresas. En primer lugar, operar una red de fibra óptica es más económico, ya que consume menos energía, sufre menos averías y requiere menos personal para su mantenimiento. 

Además, la transición permite reutilizar las antiguas centrales de cobre para usos más de la actualidad, como la instalación de centros de datos más pequeños o su venta para construir otro tipo de industria o incluso viviendas. Sin ir más lejos, la última central de cobre, la de San Marcial en San Sebastián, echará el cierre definitivo el 29 de mayo de este año.

"La central de San Marcial está situada en pleno casco histórico de San Sebastián. Por eso, Telefónica ha tenido dificultades para desplegar la red de fibra que sustituirá al cobre en esta parte de la ciudad. El cierre de esta central fue comunicado en 2016 para completarse a los 5 años, en octubre de 2021, pero fue suspendido debido a las dificultades de despliegue que comentamos", se puede leer en un blog de la CNMC.

Por último, tanto la empresa como los usuarios se benefician de la transición debido a que existen alternativas de mejor calidad disponibles por el mismo precio. Esto mejora la experiencia del usuario y aumenta la competitividad de Telefónica y el resto de teleoperadoras en el mercado.

Pero cuidado porque hay unos 440.000 usuarios que se verán afectados

Aunque la mayoría del país ha migrado a la fibra óptica, con más de 17 millones de líneas activas, aún existen algunos usuarios que se resisten al cambio. Según una investigación de El Mundo, actualmente hay 440.000 usuarios de ADSL que corren el riesgo de perder su conexión a Internet, ya que los operadores no logran localizarlos.

Telefónica ha intentado comunicar el cese del servicio en España a través de varios medios, incluyendo el envío de burofax, cartas, mensajes SMS y llamadas telefónicas a los usuarios afectados. A pesar de estos esfuerzos, algunos están en un limbo y casi desaparecidos, lo que pone sobre la mesa serios problemas para asegurar que todos tengan acceso a una conexión de Internet adecuada.

Entonces, ¿cuál es la solución para todos ellos?

Sí que existen alternativas para aquellos que no han dado el paso ya a la fibra óptica. Una opción es el uso del 4G o 5G, que da una conexión inalámbrica a través de la red móvil. Aunque la velocidad claramente es inferior a la de la fibra óptica, sigue siendo muy útil y ofrece la ventaja de que vayas donde vayas la vas a tener, accediendo a Internet siempre y cuando haya cobertura en la zona.

Para aquellos que viven en zonas con mala cobertura o muy apartados de las grandes ciudades, la conexión vía satélite puede ser la solución. Aunque la velocidad también puede ser inferior a la de otras opciones y algo más caro, este servicio permite acceder a la red en lugares remotos donde la fibra óptica pueden no estar disponible.

"Aunque se necesitan equipos más caros para funcionar, ahora existe el programa UNICO Demanda Rural, que garantiza la conectividad a un precio razonable hasta finales de 2027 en todos los operadores que se adscriban", comenta Alejandro Bazal al respecto. "Otra tecnología que se puede utilizar es WiMAX ('Worldwide Interoperability for Microwave Access') que es un método de transmisión de datos a través de ondas de radio", añade.