Un reportaje del medio Vice avisa sobre la proliferación de proyectos civiles amateurs que están intentado imprimir en 3D lanzacohetes antitanque. Una tecnología que se ha acelerado por la invasión de Ucrania.

Desde que se inventaron las impresoras en 3D, casi lo primero que intentaron sus primeros usuarios, fue imprimir pistolas en 3D. Así es la naturaleza humana.

Aunque peligrosas, una pistola no se puede comparar a un lanzacohetes capaz de destruir una casa, o un tanque. Comprar uno de verdad es casi imposible, por lo caros que son y los vigilados que están. Pero si cualquiera puede imprimirlos en su casa con una impresora en 3D, la cosa cambia.

Lanzacohetes impresos en 3D, en fase de prueba

El reportaje de Vice habla de un grupo llamado D&S Creations, que ha impreso en 3D el lanzacohetes antitanque AT-4, con resultados dispares.

El arma funciona, pero como se puede ver en el siguiente vídeo, no es capaz de apuntar correctamente. El cohete no consigue dar en el blanco la mayoría de las veces:

Además debe ser disparado en remoto, ya que en una ocasión incluso llegó a explotar.

Este grupo visiona estas armas de bajo coste como un método de defensa para Ucrania, que podría ser activada con un dron.

Más puntería parece tener el lanzacohetes M202 Flash creado por Wild Arms Research and Development, que se ha especializado en crear todo tipo de armas con impresora 3D:

En este caso sí tienen bastante puntería, aunque para evitar problemas legales, solo han usado munición que entra dentro de los términos legales.

Está claro que solo son prototipos, pero también es cierto que les falta poco para que sean verdaderas armas de guerra. Incluso se pueden imprimir los propios proyectiles en 3D.

La posibilidad de que lanzacohetes capaces de volar un tanque, o una casa, estén en manos de civiles y hayan sido creados con una impresora en 3D, es realmente preocupante. Especialmente porque esto puede llevar a una escalada de imprevisibles consecuencias. Pero, ¿cómo pararlo?