Cuando vas a contratar un camarote para un crucero, parece lógico coger uno con ventana u ojo de buey al exterior, o un balcón, si puedes permitírtelo. Pero una crucerista que ha viajado toda la vida en crucero, opina todo lo contrario: es mejor un camarote interior.

A priori, un camarote interior en un crucero, no parece nada atractivo. Es más barato, cierto, pero no tiene luz natural, y mucha gente siente claustrofobia.

En cambio, en un camarote exterior con un balcón hay más luz, no te sientes encerrado, y puedes disfrutar de las vistas al mar. Eso sí, es bastante más caro. ¿Por qué una experta crucerista elige el camarote interior en todos sus cruceros?

Ventajas de los camarotes interiores en un crucero

Lauren Mack explica en Business Insider que, cuando viajaba en crucero con su familia, siendo niña, siempre escogían un camarote con balcón. Ya de adulta, ella hacía lo mismo por costumbre. Pero un día tuvo que reservar un camarote interior, porque no había más, y descubrió sus ventajas. En los últimos diez años ha participado en más de 25 cruceros.

En primer lugar, hay que desterrar el mito de que los camarotes interiores son más pequeños, porque en la mayoría de los barcos no es así. Incluso son más grandes. Por ejemplo, en el Rotterdam de Holland America Line, los camarotes interiores dobles tienen entre 13,3 y 21 metros cuadrados, mientras que los camarotes con vistas al mar tienen entre 16 y 26 metros cuadrados.

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Otro dato poco conocido, es que los balcones suelen ser muy pequeños. Apenas puedes moverte en ellos, e incluso en los de lujo, en el balcón no caben más de 3 o 4 personas. Así que ojo si vas en familia.

Los "novatos" tampoco se dan cuenta de que la mayor parte del tiempo hace tanto viento, que no se puede estar en el balcón. También pueden tocarte unos vecinos ruidosos.

Pero la razón principal que aporta Laura Mack, es que a la hora de la verdad, cuando vas a un crucero, pasas muy poco tiempo en el camarote. En el barco hay muchas actividades, tanto de día como de  noche, y cuando para en puerto, pasas todo el día fuera.

A los camarotes solo se va a dormir, así que no compensa pagar el extra que supone la ventana o balcón, para usarlo unos minutos al día, o unas pocas horas en todo el viaje.

Los camarotes interiores modernos usan la tecnología para evitar la claustrofobia, y la sensación de estar encerrado.  Por ejemplo, Los camarotes interiores de Disney Cruise Line cuentan con ojos de buey con pantallas que muestran imágenes de visitas sorpresa de personajes de Disney.

Algunos camarotes interiores de Royal Caribbean tienen "balcones" virtuales: unas enormes pantallas del suelo al techo, que proyectan vistas exteriores en tiempo real.

Esta experta crucerista prefiere ahorrar dinero con un camarote interior, para usarlo en su próximo trayecto. Es un buen consejo que merece la pena valorar, si tienes pensado irte de crucero en las próximas vacaciones...