La inteligencia artificial ha llegado para cambiar nuestras vidas. Eso es lo que dicen expertos y gurús tecnológicos como Bill Gates, y eso es lo que parece demostrar el día a día y sus sorprendentes avances. Para algunos, supondrá una bendición capaz de facilitar las cosas al común de los mortales; para otros, en cambios, sus riesgos son impredecibles. 

Más allá de las predicciones, no obstante, los hechos están ahí. La IA puede traducir al instante cualquier idioma, e incluso gracias a ella la traducción simultánea parece una realidad absoluta. Entonces, ¿merece la pena seguir estudiando idiomas a pesar de la inteligencia artificial? Si se mira con detenimiento, todo parece indicar que sí. Y estas son las razones. 

La importancia de las conexiones humanas

Aunque a día de hoy resulta imposible saber hasta dónde llegará la inteligencia artificial, da la impresión de que hay algo que la informatización de la sociedad no será capaz de sustituir: las emociones humanas, encarnadas estas en sus matices, expresiones o costumbres. 

Aprender idiomas siempre será una forma de abrir puentes con gente de diversas partes del mundo y distintas culturas, aprender a comprender mejor a los otros, con todas las ventajas que en múltiples aspectos esto puede traer consigo. 

Preservar la diversidad cultural 

Siguiendo en la misma línea, está claro que un lenguaje no solo es una forma de comunicarse, sino la manera de expresar diferentes culturas, tradiciones y pensamientos, que pueden ser muy distintos de unos países a otros. 

Así, por mucho que cada vez que viva en un mundo más globalizado, con lo positivo y negativo que eso conlleva, estudiar idiomas supone preservar en cierto sentido la rica diversidad cultural que hay, y seguramente continúe habiendo, en el mundo. 

Oportunidades laborales

Vale, está claro que estudiar y aprender idiomas tiene lógica desde un punto de vista cultural pero, ¿qué sucede en el ámbito profesional? Hasta ahora siempre se ha pensado que era algo que ayudaba a conseguir puestos de trabajo, ¿seguirá siendo así con la inteligencia artificial?

Lo más probable es que sí. Quizá no tanto por la tarea pura de traducción, pero sí al tener presente que precisamente la globalización a la que nos referíamos ofrece oportunidades de trabajo en muchos sitios del mundo. Y ahí, en el trato cotidiano y las relaciones con otros trabajadores a nivel internacional, el factor humano seguirá siendo determinante. 

Desarrollar la creatividad

Todo parece indicar que el proceso de aprender un nuevo idioma ejercita el cerebro, mejorando habilidades cognitivas como la memoria, la resolución de problemas y la creatividad. 

Investigaciones sugieren que los políglotas tienden a ser más hábiles en la multitarea y tienen una mayor capacidad para abordar problemas complejos, algo que también puede aportar mucho tanto personal como profesionalmente, con independencia de lo mucho que avance o no la inteligencia artificial. 

Crecimiento personal

No todo en esta vida tiene por qué contar con un fin práctico o con beneficios laborales. De hecho, seguir estudiando idiomas puede suponer una forma de realización profesional, o incluso un placer para quienes tienen facilidad para hacerlo y disfrutan con el proceso. 

Solo por esa razón, es imposible no dar una respuesta afirmativa a la pregunta de si existen razones por las que merece la pena seguir estudiando idiomas a pesar de la inteligencia artificial. 

Razones, todas ellas, que tienen su lógica, a pesar de que, como decíamos al principio del artículo, vivamos una época en la que adivinar qué pasará en el futuro parece más complejo que nunca.