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Este robot araña es tan terrorífico como una tarántula de verdad

Este robot araña es tan terrorífico como una tarántula de verdad

La inteligencia artificial aplicada a la robótica es un tema en boca de todos estos últimos años, pero los avances en los movimientos de los propios robots, son igual de impresionantes.

La compañía alemana Festo está especializada en el diseño de robots biónicos que copian los movimientos reales de los animales. Sus dos últimas creaciones, presentadas esta semana, son absolutamente impresionantes.

El más inquietante es el robot biónico BionicWheelBot, un escalofriante robot araña que copia los movimientos de la araña flic-flac, que vive en el desierto del Sahara. Esta araña es capaz de rodar para avanzar más rápido. BionicWheelBot además de andar, rueda, pero lo curioso es que es capaz de impulsar el giro con sus propias patas.

Los humanos llevamos escrito en los genes el terror a las arañas, y aunque sabemos que se trata de un robot, ver a BionicWheelBot de Festo en movimiento nos produce un escalofrío en la columna vertebral...

Los robots que tienen en Amazon tampoco están mal...

Ingo Rechenberg, profesor de Biónica es la Universidad Técnica de Berlín, quedó fascinado con los movimientos giratorios de la araña flic-flac de Marruecos que se puede ver en el vídeo, y ha contado con la ayuda de Festo para crear un robot biónico inspirado en ella.

BionicWheelBot tiene 15 motores que se controlan de forma remota, desde una tablet. Puede caminar sobre seis patas y convertirse en una rueda que gira impulsada por otras dos patas adicionales.

Igual de impactante es BionicFlyingFox, un auténtico robot murciélago que vuela como uno de verdad.

El movimiento de las alas es sorprendentemente real, y lo más curioso es que el mecanismo de vuelo, basado en ruedas dentadas, es muy sencillo. Las alas están formadas por una membrana de fibra de carbono, y se mueven de forma independiente.

BionicFlyingFox vuela de forma autónoma, gracias a dos cámaras que le sirven para calcular la altura y los obstáculos. Se comunica con un ordenador que utiliza como controlador aéreo, indicándole el camino a seguir. Aunque es la inteligencia artificial del robot la que le dice cómo mover las alas para cambiar de dirección o frenar. Sin embargo, tanto el despegue como el aterrizaje deben hacerse de forma manual.

[Fuentes: New Atlas, Festo]

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