Tras varios meses litigando contra las autoridades estadounidenses, por fin ZTE lo ha conseguido: puede volver a operar con normalidad en el país norteamericano, aunque previo pago de una sanción de 1.000 millones de dólares.

El veto, activo desde hace ya varios meses, ha puesto en serios aprietos a este fabricante de tecnología de origen chino. Como muchos otros, necesita vender sus productos en Estados Unidos para ser viable económicamente, y además también precisa de componentes fabricados por compañías de este país.

Es por eso que ZTE ha conseguido levantar el veto tras poner mucho de su parte y trabajar codo con codo con empresas de Estados Unidos. No había muchas más opciones para la marca asiática, que ya comenzaba a notar los estragos del embargo.

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El levantamiento del veto parece que toma forma definitiva, a menos que la compañía vuelva a ser cazada infraganti violando las leyes, algo que motivó el primer contencioso con la administración.

Hay que recordar que esta polémica en torno a ZTE y Estados Unidos se originó no sólo porque la marca fue pillada vendiendo tecnología a Irán y Corea del Norte, sino porque trataron de ocultarlo cuando se les acusó en un primer momento.

En un panorama internacional realmente competitivo para los fabricantes de móviles, pasar varios meses en el dique seco pasa factura sí o sí. Ya veremos cómo se repone ZTE, una compañía que a diferencia de otras de origen chino sí tiene una importante presencia en EEUU.