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5 hechos narrados en Black Mirror que podrían convertirse en realidad

Adelantos tecnológicos de Black Mirror

Computer Hoy

Desde el 29 de diciembre ya puedes ver en Netflix los seis nuevos episodios de la temporada 4 de Black Mirror y nosotros nos preguntamos hasta qué punto lo que se nos narra en la ficción podría hacerse realidad, y cuáles de los muchos adelantos tecnológicos que en ella se narran podrían hacerse realidad en un futuro cercano.

Si por algo se caracteriza esta revolucionaria serie, es por su capacidad anticipatoria. Nos permite pensar cómo sería nuestro día a día y nuestra sociedad si se implementaran adelantos tecnológicos que parecen estar realmente próximos. De hecho, si analizamos en profundidad esta cuarta temporada de Black Mirror, vamos a darnos cuenta de que solo es cuestión de tiempo que ciertas aplicaciones, dispositivos o formas de uso de la tecnología hagan realidad nuestros sueños... y nuestras peores pesadillas.

Descarga de pensamientos en computadoras

"Arkangelnos narra la historia de una madre y su hija cuya relación está marcada por una excesiva y asfixiante sobreprotección. Gracias a un implante y una aplicación, el personaje interpretado por la actriz Rosemarie DeWitt puede saber exactamente dónde está su hija, ver lo que ella ve e incluso restringir su percepción de la realidad. El punto de partida parece loable: ¿quién no desearía evitarle a sus hijos el sufrimiento, el dolor, todo lo feo, desagradable e incómodo que hay en el mundo?

La cuestión es que quizás lo que podemos ver en la cuarta temporada de Black Mirror no nos queda tan lejos. Elon Musk realizó este mismo año unas declaraciones que abrieron un debate escalofriante: su meta es unir el cerebro a los ordenadores en un proyecto llamado Neuralink.

Dicho de otro modo y en sus propias palabras, podríamos "descargar nuestros pensamientos". La base de su trabajo es la idea de que ya contamos con los dispositivos móviles como "discos duros externos", ¿por qué no volcar directamente lo que pensamos e hibridarnos con las máquinas? Y una vez que esto sea posible, ¿por qué no hacerlo a tiempo real? La gran pregunta será si realmente estamos preparados para enfrentarnos a todo lo que eso conlleve. Los foros de bioética están que arden…

Lo que hoy hacemos tecleando en una pantalla o en un teclado se haría simplemente con desearlo. Es decir, el cerebro humano estaría conectado a una máquina que leería sus pensamientos y acciones y las ejecutaría. "O los humanos se fusionan con las máquinas, o la inteligencia artificial nos hará irrelevantes", llegó decir el creador.

Evidentemente, ya con los pies en la tierra, hay que pensar que sus primeros pasos podrían ir encaminados al tratamiento de trastornos médicos como la epilepsia o la depresión y enfermedades neurodegenerativas tan graves como el Alzheimer o el Parkinson.

Baneo selectivo 

No es la primera vez que Black Mirror nos plantea la posibilidad de "banear" a los demás. Ya lo hizo anteriormente en el episodio especial de Navidad "Yuletide". Y a fin de cuentas no es sino una extrapolación de lo que a día de hoy ya podemos hacer en redes sociales cuando "silenciamos" a anunciantes o a otros usuarios o cuando restringimos el acceso a nuestra información de forma selectiva. Se trata de nuestra identidad digital que no es otra cosa que una prolongación de nuestro ser "físico".

El componente adicional de "Arkangel" es que esta posibilidad no está en manos del individuo que porta el implante de rastreo sino de su madre, su responsable legal. Esto es delegar una inmensa parcela de nuestra intimidad en otra persona lo que deriva en dos escalofriantes consecuencias: en primer lugar que un niño crezca sin saber enfrentarse al reverso tenebroso de la realidad y en segundo lugar que carezca de intimidad para desarrollarse como persona contando con un criterio propio para tomar decisiones.

Sistemas de rastreo

Respecto a los sistemas de rastreo, poco hay que decir: todos llevamos uno encima que se llama smartphone. Cuando se activa la localización de personas desaparecidas es el primer recurso tecnológico del que echar mano puesto que permite conocer la última ubicación "oficial" de la persona a la que se le sigue la pista.

También es muy corriente el uso del GPS para optimizar rutas, evitar atascos y alcanzar lugares en el menor tiempo posible o haciendo determinadas paradas en el recorrido, si bien las aplicaciones móviles como Google Maps o Waze le han ido ganando terreno a los dispositivos independientes.

Trucos de Netflix

En el episodio "Metalhead" de Black Mirror se sugiere que esa suerte de híbrido de perro y cucaracha robótica implacable utiliza además otros sistemas como el radar y el mapa de calor para identificar la posición de su objetivo por no hablar del uso de metralla que implanta localizadores en sus víctimas convirtiéndolas en blancos seguros. Todo esto le será familiar a quienes estén al día de los avances armamentísticos.

Compartir la memoria

"Cocodrilo" es otro intersantísimo episodio en el que se ahonda en esa cuestión, precisamente: la intimidad. ¿Qué sucedería si una compañía de seguros pudiera acceder a nuestra memoria para esclarecer un accidente? Estaríamos poniendo en manos de una compañía nuestras más secretas elucubraciones, acciones y pensamientos. Si te preguntas si el ser humano está próximo a conseguir esta hazaña hay que decir que no es tan sencillo como parece. 

A pesar de que en las ficciones se suele representar la memoria de una forma muy visual, está demostrado que más que imágenes concretas, nuestro cerebro retiene "impresiones emocionales" a las que luego se asocian elementos como imágenes, olores, e incluso sabores... ¿Recordáis la famosísima magdalena de Marcel Proust?

A veces algo cotidiano contiene una llave para transportarnos a un momento muy concreto de nuestro pasado y hacernos rememorar de una forma muy fiel un pasaje de nuestras vidas. Esto hace que un enorme camino de sinapsis neuronales prenda como una chispa llevando una oleada de impulsos eléctricos dentro de nuestro cerebro para recrear aquellas sensaciones de antaño que guardábamos como un tesoro. Esto tiene un coste: la ciencia nos dice a día de hoy que cada vez que accedemos a un recuerdo de una forma u otra, éste se modifica.

Almacenamiento de datos y dependencia tecnológica

Respecto a los datos, tenemos que darle la razón a Musk: la tecnología ha venido a reemplazar a nuestra memoria en este sentido. Ya nadie se molesta en aprenderse los números de teléfono puesto que la agenda de contactos de su smartphone le provee de toda esa información en un segundo.

Es pronto para saber si esto tiene repercusiones a largo plazo en nuestros cerebros (aunque parece probable que el impacto será muy claro si tenemos en cuenta que es un músculo más que sin uso se atrofia), pero de lo que sí estamos seguros al ciento por ciento es de que la forma en la que consumimos la información ha variado notablemente con el uso de Internet y el acceso masivo a toneladas de bits de información.

Según una encuesta de Kaspersky Lab, realizada en 2015 a 1000 personas de entre 16 y 55 años, el 91,2% reconoció que utiliza Internet como una prolongación de su cerebro. Un 44% concentra esa prolongación en su teléfono móvil, según el resumen "The Rise and Impact of Digital Amnesia" ("El ascenso y el impacto de la amnesia digital"). Siete de cada 10 fueron capaces de recordar el número telefónico de sus casas y el de sus parejas, pero sólo cuatro de cada 10 pudieron llamar a sus empleos y tres de cada diez, a sus hijos.

La dependencia tecnológica es otra de las cuestiones con las que ya estamos lidiando: perder el móvil sería angustiante para la mitad de los menores de 35 años puesto que, siempre según esta encuesta, en él guardan todos sus recuerdos personales.

Y tampoco es que las noticias nos inviten a sentirnos precisamente confiados hacia la deriva tecnológica teniendo en cuenta el pánico de Elon Musk hacia la Inteligencia Artificial a la que considera la semilla para la III Guerra Mundial o la creación de la secta Way of the Future que asume que la tecnología sobrepasará las capacidades humanas, y se convertirá en un ser que todo lo sabrá y que todo lo verá pareciéndose a un Dios. ¿Estáis temblando ya? Porque eso no es el futuro, es el presente...

La serie de Netflix Black Mirror es una ventana abierta a un futuro próximo que da ciertas claves para abrir un debate en torno a aquello que podría salir mal si no fuésemos capaces de hacer un buen uso de herramientas pensadas, a priori, con un buen fin. Esperemos que nos sirva de advertencia... Mientras tanto sigue siendo un placer enfrentarse a una serie que siendo escalofriante nos enseña tanto de nosotros mismos...

Especial Black Mirror

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Etiquetas: Netflix, Series y TV, Branded