Hasta la fecha el desarrollo e investigación acerca del COVID-19 se ha centrado en conseguir crear una serie pruebas o test con los cuales conocer si una persona es positiva en el virus para así poder tomar las acciones correspondientes. Lo que se ha estado desarrollando de la mano del MIT es una prueba que sería capaz de medir la inmunidad.

Sí, en este caso no se pretendería conocer los positivos de las personas y, en su lugar, se buscaría comprobar el grado de inmunidad de estas personas tras haber sido contagiados por el COVID-19 o tras haber completado las pautas de vacunación. El proceso no sería muy complejo a nivel general ya que se emplearían avances desarrollados durante la pandemia.

La forma en la que esta nueva forma de medir la inmunidad se realizaría mediante la extracción de una gota de sangre, la cual sería necesaria para poder realizar una extracción especifica de los niveles de anticuerpos neutralizantes. ¿Por qué estas células y no otras? Son las encargadas de defender a una célula de los patógenos o partículas infecciosas.

Al ser unas células muy específicas, los investigadores del MIT han realizado las pruebas correspondientes para comprobar si pueden ser de utilidad a la hora de conocer si una persona tiene cierto grado de inmunidad al virus del COVID-19. Durante el estudio en instalaciones con equipamiento especial se llegó a la conclusión de que sí son una forma correcta de medición.

Tras hacer esto el siguiente paso que dieron fue la creación o, mejor dicho, adaptación de este proceso a un sistema que cualquiera puede tener en su hogar. Este sistema sería muy parecido a los test que se realizan en la actualidad para conocer si uno es positivo en COVID-19. El funcionamiento no es muy complejo de realizar.

Lo primero sería hacer una extracción de sangre vía pinchazo, recogerla en un tubo milimétrico que puede albergar una gota de sangre. Esta gota dentro del tubo se introduce dentro de otro recipiente con el líquido reaccionante y con una placa que contiene diferentes tipos de reactivos, tras esto se cerraría el tubo con todo dentro y se tendría que incubar durante 10 minutos.

Pasados los 10 minutos lo que tocaría es hacer que una gota de esta reacción mojase la etiqueta para comprobar los resultados. Los resultados se podrían interpretar tanto de forma personal, siguiendo las instrucciones, como mediante la utilización de una aplicación capaz de recoger la información mediante una fotografía.

Estos datos se darían por la aparición de hasta tres líneas, siendo la primera la que indicaría la infección, la segunda la línea que indicaría el nivel de inmunidad y la tercera sería la línea de control del test. Si la línea de inmunidad es más oscura, esto es un indicativo de una mayor inmunidad al virus y cuanto más clara lo que significaría sería lo contrario.