La forma en que la que manejas el dinero es más importante en muchas ocasiones para tu bienestar financiero que el tamaño de los ingresos. De esta manera, implementar en tu vida diaria diversas estrategias de ahorro, sumarte a retos virales como el de las 52 semanas o gestionar tus finanzas mediante una app de tipo fintech como Fintonic pueden representar un importante impulso para desahogar tu bolsillo y mirar a largo plazo.

Sin embargo, hoy vamos a ahondar en una técnica algo más antigua pero sumamente efectiva para gestionar tus ingresos mensuales. Se trata del método de los cinco tarros y como curiosidad, está basado en principios bíblicos, por lo que muchas comunidades tanto cristianas como judías lo siguen en la actualidad para controlar su flujo financiero. Te mostramos en qué consiste mediante una interesante infografía, cortesía de Bargainer.

¿Qué es y en qué consiste el método de los 5 tarros?

Debes contar con cinco tarros de cristal, etiquetarlos y usarlos para los siguientes fines:

• El primer tarro: está destinado a saldar las deudas con los demás. Antes de gastar aparta un determinado porcentaje de tus ingresos mensuales para hacer frente a esta responsabilidad.
• El segundo tarro: se dirige a la generosidad y a compartir, construyendo un planeta mejor, mejores proyectos en tu comunidad y soporte a ONG´s, además de compartir tus recursos con amigos, familiares o parejas. Reserva un 5% y un 10% para regalos y donaciones, algo que incrementará tu sentimiento de gratitud.
• El tercer tarro: destina un 10% de tu dinero mensual al ahorro puro y duro. De esta manera, dispondrás a la larga de más dinero en efectivo y podrás cubrir gastos inesperados en caso de que surjan.
• El cuarto tarro: Dedica un porcentaje a la inversión, diversificar tu cartera de negocio, mirar a largo plazo e invertir en Bolsa.
• El quinto tarro: El 10% puede estar destinado a la diversión y los autorregalos, un importante aliciente para hacer pequeñas escapadas, comprar una botella de tu vino favorito o renovar tu calzado. 

Este artículo fue publicado en TICbeat por Andrea Núñez-Torrón Stock.