Cuando limpiamos el baño, nos olvidamos con frecuencia de dos elementos que, paradójicamente, son los que más bacterias acumulan: la boca de los grifos, y la alcachofa de la ducha.

Quizá porque no lo vemos, o porque no son fáciles de limpiar, terminan acumulando suciedad incrustada, y es tan desagradable como antihigiénico.

El problema de limpiar la boca de un grifo, o de la ducha, es que apuntan hacia abajo y en algunos casos, como los propios grifos, no se pueden sacar. Cualquier limpiador líquido que eches, se caerá enseguida y no podrá actuar durante unos minutos, para disolver las incrustaciones.

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No queda más remedio que frotar, pero si la suciedad está muy pegada, especialmente en la boca de la ducha, costará sacarla. ¿Existe alguna forma más sencilla de hacerlo?

Lo cierto es que sí. Podemos usar un truco genial para limpiar la alcachofa de la ducha y los grifos de forma sencilla, que nos cuenta la web The Thrifty Couple.

Es un hack de limpieza muy práctico que además no requiere productos químicos fuertes para dejar la ducha y los grifos como nuevos.

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Quizá se tarda más que con otros métodos, pero se trabaja menos y queda más limpio.

Necesitamos lo siguiente:

• Bicarbonato de sodio
• Vinagre de limpieza
• Detergente líquido de vajilla
• Una bolsa de plástico
• Una goma elástica
• Un cepillo de dientes viejo

Son productos muy baratos y sencillos de conseguir, que casi todo el mundo tiene en casa.

Dentro de la bolsa de plástico metemos dos cucharadas de bicarbonato de sodio y un chorro de detergente líquido.

Metemos la bolsa en la boca del grifo o en la alcachofa de la ducha y, aquí viene el truco genial, la sujetamos con la goma elástica, para que no se caiga.

 A continuación llenamos la bolsa con vinagre de limpieza, hasta que cubra todo el grifo, o la alcachofa. Se producirá una reacción química que creará una espuma que llenará toda la bolsa. Puedes verlo aquí:

Dejamos que la espuma actúe entre 30 y 60 minutos. Irá desintegrando poco a poco la suciedad incrustada.

Pasado el tiempo mencionado, quitamos la bolsa y frotamos la ducha o el grifo con un cepillo de dientes viejo. Por último, aclaramos con abundante agua.

La suciedad desaparecerá, y quedarán como nuevos. ¡Pruébalo!