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Cómo funciona un coche híbrido

Comprar un coche híbrido o un híbrido enchufable: ventajas e inconvenientes

Si hace 10 años comprar un coche era bastante sencillo, tan solo había coches de gasolina o diésel, la lucha contra el cambio climático ha hecho que ahora tengamos que elegir entre: eléctrico, híbrido, microhíbrido... y muchos más. Hoy nos centramos en el híbrido, a secas.

Si eres de los que adora conducir y se pasa el día leyendo revistas de coches, seguro que sabes que existen un montón de opciones eléctricas en el mercado. Que si eléctricos completos, que si híbridos enchufables, que si híbridos tradicionales... Cada uno funciona de una forma.

Aunque si hablamos de los híbridos, estos mantienen una base sagrada en todos: en pocas palabras, un híbrido combina al menos un motor eléctrico con un motor de gasolina para mover el coche, y su sistema recupera la energía mediante el frenado regenerativo y otras técnicas.

A veces el motor eléctrico hace todo el trabajo, otras veces es el motor de gasolina y otras veces trabajan juntos. El resultado es una menor quema de gasolina y, por tanto, un mayor ahorro de combustible. La adición de energía eléctrica puede incluso aumentar el rendimiento en ciertos casos.

Coche híbrido

En todos ellos, la electricidad procede de un paquete de baterías de alto voltaje (separado de la batería convencional de 12 voltios del coche) que se repone capturando la energía de la desaceleración que suele perderse en el calor generado por los frenos en los coches convencionales. 

Entre los modelos que hay, el híbrido tradicional, o híbrido paralelo, el funcionamiento es el que comenzó el sector hace ya casi una década.

En este diseño, el más común, el motor eléctrico y el de gasolina están conectados en una transmisión común que combina las dos fuentes de energía. Esa transmisión puede ser automática, manual o continuamente variable (CVT). El Toyota Prius, pionero del sector, utiliza este tipo.

El coche híbrido paralelo lo que hace es sumar la potencia del motor eléctrico y de combustión para desarrollar más caballos y consumir menos gasolina, casi todo el tiempo. Los coches que llevan esta opción suelen tener consumos en ciudad que pasan de los 6 litros a 3/4 litros.

Toyota, como antes comentamos, es una de las marcas que más aprovecha esta tecnología, ya que evita las opciones microhíbridas (con poco ahorro real de combustible) o los enchufables (que son realmente caros y precisan de tener enchufes cerca de casa).

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