El diésel lleva años en el punto de mira del Gobierno y la Unión Europea. Tanto, que hace algo más de tres años, la ministra para la Transición Ecológico, Teresa Ribera, dijo que el diésel “tiene los días contados” y animaba a buscar una salida. Ahora, el Gobierno descarta subir los impuestos al diésel como una medida para paliar el incremento del precio de los carburantes.

Desde 2015, las ventas de coches diésel se ha ido desplomando año tras año, pasando de representar casi un 70% de las matriculaciones a menos del 20%, un desplome sin precedentes fomentado por las declaraciones en su día de la ministra Ribera y de los continuos intentos por aumentar la carga fiscal sobre este combustible con el fin de equiparar su precio al de la gasolina.

El Gobierno descarta subir los impuestos al diésel

Durante el pasado mes de octubre, las ventas de coches diésel tan solo representaron el 17,6% del total, frente al 40,3% que ocupan los coches de gasolina. El 33,7% restante corresponde a coches eléctricos, híbridos y de combustibles alternativos.

Esta situación podría verse revertida tras las declaraciones del Gobierno, que ha descartado subir los impuestos al diésel. De hecho, algunos fabricantes prevén un repunte en las ventas de coches de gasóleo tras renunciar a una mayor carga fiscal al diésel por parte del Gobierno de Pedro Sánchez.

“En estos momentos, lo que estamos atendiendo es a la necesidad de tener una visión de conjunto sobre la fiscalidad energética, que afecta a distintas disciplinas y a distintos consumos”, ha explicado Teresa Ribera en unas declaraciones a Radio Nacional de España (RNE). 

“Y es verdad también que en estos meses en los que hemos vivido un incremento muy notable de los precios de los combustibles fósiles por los mercados internacionales, es enormemente sensible el introducir un incremento adicional que perjudicaría a quienes más lo necesitan, a quienes necesitan más recursos”, ha añadido la ministra.

Este artículo fue publicado en Autobild por Aarón Pérez.