Si alguna vez has echado un vistazo detallado al parabrisas del coche, seguro que te has dado cuenta. Los bordes del parabrisas están rodeados de miles de puntos negros, pero ni en el manual del coche, ni en ningún otro sitio explican su función. ¿Para qué sirven los puntitos negros que tienen casi todos los parabrisas?

Los expertos de Top Gear, a través de Jalopnik, nos lo cuentan. Para conocer la respuesta definitiva consultaron con un fabricante británico de cristales para coches, Pilkington, cuya experiencia se remonta a 1826. Aunque ahora pertenece a la marca japonesa Nippon Sheet Glass Co., una de las más importantes del mundo.

Esta tira de puntos negros en el borde del parabrisas tiene nombre propio, frita. Es una pintura cerámica de gran resistencia que resulta prácticamente imposible de arañar o rascar. Lleva a cabo una triple tarea muy importante para asegurar la función de protección del parabrisas, y alargar su vida útil.

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En primer lugar, la frita protege de las radiaciones ultravioleta al adhesivo que sujeta el cristal al coche, para que no se desgaste con la luz y el calor. Por tanto evita la entrada de agua, e incluso que el cristal acabe despegándose por completo.

Los puntos son ligeramente rugosos, así que mejora el agarre del adhesivo, alargando su vida útil. Y estéticamente evitan que se vea el pegamento en los bordes del parabrisas. Todo son ventajas.

Anteriomente se empleaban juntas para proteger las ventanillas, usando un ribete cromado para evitar que el cristal se despegara. En los años 50 y 60 las bandas de metal comenzaron a ser sustituidas por adhesivos, y fue entonces como la frita se convirtió en un estándar en casi todos los parabrisas.

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En los coches modernos, desde 2017, los puntos negros en el parabrisas también se utilizan en el retrovisor interior. Su función es la de bloquear los rayos que dejan filtrar los parasoles.