La industria tecnológica lleva tiempo persiguiendo un nuevo modelo de batería que sea compatible con un mayor porcentaje de silicio, un elemento triplicaría la capacidad de las baterías. Por fin, un nuevo estudio científico parece haber dado con la formula necesaria para fabricar de manera segura estas baterías de silicio. 

La esperanza de un nuevo proceso de fabricación de baterías con silicio o, incluso con grafeno, lleva tiempo sobrevolado, no solo la industria de los smartphone, sino prometiendo también una revolución en el mundo del automóvil, pero este sueño está tardando mucho en llegar. 

Las actuales baterías de ion-litio están formadas por electrodos de grafito encargados de almacenar la carga que después usará el dispositivo para funcionar. Los investigadores de la Universidad de Alberta han decidido sustituir esos electrodos de grafito por partículas silicio en las nuevas baterías.

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El proceso implica incluir las partículas de silicio en un masa de gel de grafeno, y aunque por ahora, este sistema es complicado, e realidad es más barato que el proceso de fabricación de baterías de ion-litio y el resultado es una capacidad de carga diez veces superior. 

Los precios del grafito han aumentado con el tiempo, impulsado por la demanda de dispositivos que usan estas baterías, mientras que el silicio es un material algo más barato y abundante por el momento. Sin embargo, no resulta tan estable como el grafito a la hora de soportar múltiples cargas. 

Hasta ahora el porcentaje de silicio que se usaba para la fabricación de baterías era muy bajo, pues aunque se sabía que era un elemento más potente, su potencia jugaba con el riesgo de cargar en exceso la batería y provocar una explosión. 

En el informe de la universidad de Alberta, del que se ha hecho eco Pocket Now, no se hace ninguna mención a este problema, pero aún es pronto para celebrar la llegada de las baterías de silicio. Tanto esta investigación, como el resto que se están realizando por todo el mundo tardarán algún tiempo, puede que incluso varios años, en perfeccionar esta tecnología y comprobar que el uso prolongado de las baterías resiste de igual manera o mejor que las actuales baterías de ion-litio.