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Google, Microsoft y Apple suspenden: sus productos son, oficialmente, difíciles de reparar

Reparar móvil

Getty

Las empresas comienzan a tener la obligación de crear productos que sean fáciles de reparar, por una cuestión legal, al menos en Europa. Ahora hemos podido conocer los resultados de los informes preliminares y no deja en buen lugar a los tres gigantes.

Los ordenadores portátiles y los teléfonos inteligentes de Apple, Microsoft y Google son mucho menos fáciles de reparar que los de sus competidores Asus, Dell y Motorola, según un nuevo informe.

Estas conclusiones no cogerán por sorpresa a aquellas personas a las que les gusta reparar sus aparatos, pero los datos que las respaldan proceden de una fuente poco habitual: las propias empresas.

El informe, publicado hoy por el Fondo de Educación del Grupo de Investigación Pública de EE.UU., se basa en los datos que las empresas publican ahora en Francia para cumplir la primera ley gubernamental de índice de reparabilidad, que entró en vigor el año pasado.

Derecho a reparar

La ley exige a los fabricantes de determinados aparatos electrónicos, como teléfonos móviles y ordenadores portátiles, que califiquen cada uno de sus productos en función de su facilidad de reparación y que pongan esa puntuación a disposición de los consumidores en el punto de venta.

Para que esta información sea más accesible para los estadounidenses, el US PIRG, con la ayuda del sitio de guías de reparación iFixit, recopiló las puntuaciones de reparación francesas de 187 portátiles y teléfonos producidos por 10 grandes fabricantes estadounidenses.

En lugar de limitarse a reproducir las puntuaciones francesas en inglés, el US PIRG, que lleva a cabo una campaña de defensa del derecho a la reparación, decidió aumentarlas penalizando a las empresas que luchan contra la legislación que facilitaría la reparación independiente.

iPhone 13

El resultado es una puntuación híbrida que muestra el grado de reparabilidad de los productos de las empresas y si estas se oponen activamente al derecho de los consumidores a repararlos.

"Si una empresa ejerce presión activamente, o forma parte de una coalición de presión, para impedir el acceso a las piezas, la información de servicio y las herramientas de reparación, eso indica una actitud hostil hacia la elección de la reparación", explica a The Verge el autor del informe, Nathan Proctor.

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