Han tardado un poco en aparecer, pero ya tenemos aquí el realme 8. Se trata del hermano pequeño de un realme 8 Pro que nos gustó en su análisis y que compite en una liga diferente a la de Xiaomi, Redmi y Poco.

No están tanto en esa carrera por ofrecer una característica diferencial en su rango de precio (potencia en el caso del Poco F3, diseño extrafino en el del Mi 11 Lite o una pantalla espectacular si miramos el Redmi Note 10 Pro), sino un equilibrio.

Y lo cierto es que, por esos 280 euros de lanzamiento, el realme 8 Pro nos pareció un móvil muy equilibrado con una carga espectacular de 50 W. Ahora, esa misma jugada la vemos en un realme 8 que hemos tenido unos días como móvil principal y del que os contamos nuestras primeras impresiones.

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GALERIA ANALISIS REALME 8 (15 imágenes)

Primeras impresiones del realme 8 por apartados:

• Diseño y pantalla: creado para llamar la atención con una pantalla SuperAMOLED
• Rendimiento y batería: el Helio G95 sigue sorprendiendo y los 5.000 mAh dan la talla
• Cámara: el punto en el que delata su categoría
• Conclusión: puede dar mucha guerra por menos de 200 euros gracias, sobre todo, a su software

Diseñado para llamar la atención con una pantalla SuperAMOLED

El precio del realme 8 parte de los 199 euros y la compañía nos avisa que el día de puesta a la venta, el 12 de mayo, habrá algunas promociones en nuestro territorio, algo que todavía no nos han podido detallar, pero que seguramente ponga el móvil en su versión básica a 179 euros y la versión con 8 GB a esos 199 o 209 euros de lanzamiento. Esto es pura especulación, claro.

Y es un precio realmente interesante porque es, excepto en algunos detalles, calcado a su hermano mayor. De hecho, para muchos usuarios, este será incluso más interesante que el modelo 'Pro'.

Vamos a empezar hablando del diseño, ya que realme sigue apostando por móviles que no son compactos, pero que intentan desmarcarse un poco de esos móviles cada vez más comunes con 6,7". Tenemos unas dimensiones de 160,6 mm de alto, 73,9 mm de ancho y un grosor que baja de los 8 mm, algo menos que en el realme 8 Pro.

El peso es de 177 gramos, también bastante contenido y, en conjunto, es un terminal de lo más cómodo en la mano gracias a unas formas redondeadas en los laterales traseros y a un tacto que imita el cristal, pero que en el fondo es plástico.

realme ha dejado atrás ese plástico con textura del realme 8 Pro que sí, ellos dicen que es muy premium, pero que se notaba más 'barato' que el plástico de este realme 8, el liso de toda la vida. Apostaron por ese acabado y materiales para aligerar peso, pero aquí tenemos una batería con 500 mAh más de capacidad y solo un gramo más de peso.... con 0,2 milímetros menos de grosor. Al cambio, creo que el usuario sale ganando.

El módulo de cámara es el mismo y la caja incluye una fundita, y menos mal porque el color que nosotros tenemos, este plateado reflectante, es muy, muy sucio. Me quejaba de lo sucio que era el Red Magic 6, pero este realme se lleva la palma.

Eso sí, consigue lo que busca porque, definitivamente, la trasera llama la atención con un tercio de la misma con efecto espejo en la que podemos leer el lema de la compañía, ese 'Dare to leap'.

Los laterales también son de plástico, pero con acabado mate, algo que me gusta, y tenemos la botonera en el lateral derecho con el único altavoz, el jack de 3,5 mm y el USB tipo-C en la parte inferior.

Si pasamos al frontal, me da la sensación de que tenemos exactamente la misma pantalla que en el realme 8 Pro: un panel SuperAMOLED de 6,4" con una resolución de 2.400 x 1.080 píxeles, un refresco de 60 Hz, un muestreo de 180 Hz y un brillo máximo de 1.000 nits.

De cara al análisis del realme 8 mediremos los Lux del panel y su desviación para comprobar si es, realmente, el mismo montado en su hermano mayor, pero ya os puedo decir que por ángulos de visión, modos de software como el OSIE que potencia los vídeos (y que podéis desactivar si no os convence), brillo máximo en exteriores y colores, es un gran panel para ver contenido.

Sí, esos colores siguen resultando algo saturados, pero ya comenté en la review del Pro que me gustaban y, además, siempre podéis juguetear con las opciones de software si no os convencen.

Como tenemos panel SuperAMOLED, podemos poner la pantalla siempre activa y, tanto en esa pantalla en reposo como en el sistema, los colores saturados salen a relucir porque hay mucho, muchísimo color en todo lo que tiene que ver con realmeUI 2.0, pero ya hablaremos del sistema.

Es una muy buena pantalla para consumir contenido y, además, tenemos el sensor de huellas incrustado en el panel. Es un sensor que está algo bajo, pero que debido a las dimensiones del móvil no molesta y, aunque no es el más rápido del mercado, no es tan lento como el del realme 8 Pro durante las primeras semanas que lo estuvimos usando.

También podemos configurar el desbloqueo facial con foto y una opción de 'levantar para activar'. En este sentido, el sistema hace los cálculos de manera rapidísima y es una muy buena experiencia de desbloqueo facial en su rango de precio, superando la velocidad de móviles notablemente más caros.

En el apartado de audio, solo tenemos un altavoz y... no sé si han cambiado respecto al modelo Pro o han cambiado algo a nivel interno, pero lo cierto es que creo que la experiencia sonora es mejor que en su hermano mayor. 

Seguimos sin poder pasar del 70% sin que el sonido empiece a ser desagradable, ya que los agudos y medios chirrían bastante, pero por debajo de ese umbral, lo cierto es que tenemos una muy buena experiencia en su rango de precio con unos graves que, creo, son algo más rotundos que en su hermano mayor.

Lo que tengo claro es que es suficiente para disfrutar de contenido como juegos o vídeos y sí, ojalá estéreo, pero recordemos que es un móvil de 200 euros y que Xiaomi, en esto, es la excepción al ofrecer ese sonido estéreo

Si conectamos auriculares, vamos a poder activar diferentes modos de sonido y, además, tenemos un ecualizador, algo que los más puristas del audio agradecerán.

El Helio G95 sigue sorprendiendo y los 5.000 mAh dan la talla

El exterior y la pantalla me convencen, pero vayamos al interior. Aquí encontramos un procesador MediaTek y... sí, en el pasado no eran los más jugosos debido a que estaban por detrás de los Qualcomm, sobre todo, en consumo energético.

Ahora no es que sean los chips más eficientes del mercado, pero han mejorado y tenemos un G95 que ya nos sorprendió, y mucho, en el realme 7. De hecho, aquí es donde vemos que realme sigue con esa estrategia que ya siguió en el realme 8 Pro, mejorando solo algunos apartados de la generación anterior, pero siendo, fundamentalmente, conservadores.

Las configuraciones aquí son las mismas: Helio G95 en SoC, 4 u 8 GB de RAM LPDDR4x y memoria UFS 2.1, pero solo 128 GB en esta ocasión. Y sí, mejor que los 64 GB de inicio de la generación anterior, para qué nos vamos a engañar.

Es un hardware modesto, pero que sigue rindiendo muy bien en el día a día y, sobre todo, en los test sintéticos, demostrando el buen hacer que MediaTek demostró en este chip, sobre todo en lo que a su GPU Mali G76 se refiere.

Os dejamos la tabla de benchmarks:

En las pruebas de procesador no es el que más pecho saca en Geekbench, pero fijaos en los números en AnTuTu y PC Mark, curiosamente. Como siempre os decimos, esto no es indicativo de nada porque el Poco F3 es el que arrasa en estos momentos si no nos vamos a móviles con el SD 888, pero luego el rendimiento era muy malo en el día a día por culpa del software, aunque lo están puliendo, eso sí.

Sin embargo, sí nos gusta poner estos numeritos para que veais que, aunque con unos meses a sus espaldas, sigue siendo un SoC que da mucha guerra. La memoria es UFS 2.1 y aquí sí tenemos una configuración que, vale, nos va a dar almacenamiento de sobra con esos 128 GB, pero con una velocidad que no es destacable:

Creo que han mejorado la velocidad de lectura, algo que nos pareció lento en el modelo Pro, pero al final no deja de ser una velocidad típica del estándar UFS 2.1... y no de las más rápidas dentro de ese estándar.

Ahora bien, como decíamos antes, lo importante en este sentido es el rendimiento real y si os gusta jugar, os vais a encontrar con un juego que puede con todo. Genshin Impact, Call of Duty, PUBG y hasta Fortnite, todos van con un gran nivel visual y, además, con fluidez. 

El rendimiento me ha gustado mucho en juegos y creo que este procesador es ideal para una pantalla a 60 Hz porque vais a poder subir la calidad gráfica un poco más que si tuviéramos una pantalla de 90 Hz. 

Y sí, me gustan más los 90 Hz que los 60, eso sin discusión, pero la verdad es que el trabajo de realme en su sistema ha sido muy bueno porque han optimizado ciertas animaciones y tiempos de acceso para que no se note tanto la ausencia de los 90 Hz.

Me parece una capa pulida, vistosa y funcional, aunque entiendo que no gustará a todos los usuarios por, precisamente, ese exceso de color y muchas ventanas flotantes cuando hacemos cualquier cosa, pero me parece una capa muy interesante que es estable, no me ha dejado tirado, no hace cosas raras, tiene elementos muy interesantes como realme LAB que nos permite activar funciones experimentales (funciones beta que llegarán en futuras actualizaciones) y, la verdad, he estado muy cómodo estas semanas.

En definitiva, por 200 euros... vale, tenemos un hardware potente y un software pulido, pero eso debería estar acompañado por un panel SuperAMOLED de 90 Hz en el realme 9. realme, toma nota. Y también apunta el sensor NFC para el futuro, ya que lo he echado de menos.

Y antes de pasar a las cámaras, os podemos decir que los 5.000 mAh de batería cumplen, y muy bien. El móvil tiene un brillo muy alto y nos da, según el test sintético con el brillo al máximo, 9 horas y 37 minutos de pantalla. No deja de ser una buena cifra teniendo en cuenta el alto brillo y que el realme 8 con el mismo panel y 4.500 mAh se quedaba en 8 horas y 50 minutos.

En el día a día, con un uso bastante exigente, consigo diariamente unas 8 horas de pantalla como mínimo, incluso con Always-on Display, bastantes notificaciones durante todo el día, aluna que otra partida y mucho consumo de redes. 

La carga es de 30 W y tarda algo más de una hora en llenar esos 5.000 mAh. Ya os contaremos en el análisis qué tal y si se mantiene, pero en autonomía, realme lo ha clavado.

La cámara es el punto en el que delata su categoría

En diseño, pantalla, batería y hardware, el realme 8 es un móvil realmente redondo, pero para ofrecer ese equilibrio por debajo de los 200 euros, hay que recortar en algo, y ese algo es el apartado fotográfico. 

La aplicación de cámara me gusta porque es estable y elegante y la opción de disparar a resolución completa, que no estaba en el carrusel de opciones en el realme 8 Pro, ahora sí aparece en esta app, aunque esa resolución completa es... 64 megapíxeles.

Es el único sensor que diferente respecto al realme 8 Pro, que cambia los 108 megapíxeles por un 64 megapíxeles que nos permite disparar a 16 megapíxeles en modo automático.

Ya entraremos a valorar las cámaras en el análisis y en el vídeo, pero os dejamos ahora unas cuantas fotos para que las veáis y, como siempre, os recordamos que en este enlace tenéis las fotos en resolución completa sin comprimir.

El gran angular es de 8 megapíxeles f/2.25 y este es el resultado:

El macro es de 2 megapíxeles f/2.4 y no es algo que vayais a usar en el día a día debido a su calidad:

¿Y qué pasa con el otro sensor? Pues que es un 2 megapíxeles monocromo que, básicamente, se encarga de recoger textura para el modo retrato, aunque es algo que no logramos notar.

En el apartado de vídeo tenemos 4K30 como máximo y modos estables por software que graban a 1.080p. 

Y en la parte frontal encontramos un sensor de 16 megapíxeles f/2.45 que ofrece los resultados esperados.

Como digo, dentro de unos días, cuando os traigamos el análisis del realme 8, os daremos más detalles, y más ejemplos, de las cámaras de este dispositivo, pero de momento os podemos contar que son fotos en las que el color no es lo equilibrado que nos gustaría.

He notado que sube mucho el color verde (de hecho, he desactivado la IA de la cámara porque exagera aún más este efecto) y algunos elementos producen un halo extraño en el cielo. La cámara cumple, pero no debéis buscar resultados sorprendentes en este segmento de precio.

Puede dar mucha guerra por menos de 200 euros gracias, sobre todo, a su software

realme continúa con una estrategia en la que se aleja de ofrecer cifras abultadas en solo un apartado para ofrecer un móvil que, en conjunto, es de lo más jugoso. Me gusta este enfoque porque realmente en el equilibrio está la virtud y tenemos una muy buena experiencia con la pantalla, con el rendimiento y con la batería.

El diseño también me gusta, aunque como digo, es un móvil extremadamente sucio, y lo cierto es que el móvil es muy redondo, aunque no podemos pedir la excelencia en todos los apartados y, en esta ocasión, lo que ha hecho realme es apostar por esos elementos para ofrecer una muy buena experiencia de usuario dejando la cámara un poco de lado.

No son fotos malas y nos van a permitir guardar recuerdos y tener algunas fotos muy buenas para redes sociales, pero creo que el problema principal es el procesado de la imagen, que puede ser culpa del ISP de MediaTek, y eso es algo que se podría toquetear, o corregir, por software.

Dicho esto, en una semana tendréis nuestro análisis del dispositivo, pero ya os adelantamos que es uno de los terminales más jugosos por menos de 200 euros y una muestra de que realme está dando pasos cortitos en esta gama media, pero con mucho sentido.