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Si mi powerbank tiene 15.000 mAh: ¿por qué no me carga tres veces el móvil con batería de 5.000 mAh?

mah powerbank
  • Una de las preguntas a las que más me enfrento semanalmente es una recomendación por un powerbank o batería externa.
  • La mayoría de personas entiende que el número que precede a los miliamperios/hora (mAh) implica la capacidad de la misma, pero no es oro todo lo que reluce. Empecemos nuestra andadura en busca de los mAh perdidos. 

Dentro del mundo de los powerbanks tenemos ciertas cifras que debemos conocer más allá del número de puertos que tiene o la capacidad de la misma. Existen baterías con 20.000 mAh, muy grandes en tamaño, peso (que suele rondar el medio kilo) y capacidad que tardan en cargar 5 horas mientras otras solo necesitan 50 minutos.

Lo mismo sucede con la carga que dan desde sus puertos USB y USB-C, existen distintos protocolos de carga y las más básicas son capaces de dar una carga máxima de 10 W mientras que las más avanzadas pueden llegar a más de 100 W mediante el protocolo USB-PD. Esto implica que, por ejemplo, podremos cargar portátiles o cualquier dispositivo a una tasa de carga equiparable al cargador de pared del mismo.

Estas cifras son más o menos conocidas por todos, sin embargo, la capacidad es algo que se nos escapa y no es por otro motivo que porque los fabricantes nos engañan, bueno, no, pero sí que nos dan unas cifras equivalentes de mAh.

Las powerbanks tienen una configuración interna con baterías de litio habitualmente en la que se consigue sumar en serie y paralelo sus voltajes y/o capacidades. 

bateria externa datos

Es por ello que la batería interna del powerbank tiene una capacidad a un voltaje determinado. Digamos que multiplicando la capacidad por el voltaje podríamos obtener la capacidad efectiva de trabajo en cifras de Wh.

Pongamos el ejemplo de un powerbank de 10.000 mAh que tiene dos celdas de 5.000 mAh en su interior, en paralelo, que suman sus capacidades. Es decir, tiene una capacidad de 10.000 mAh a 3,7 V o 37Wh.

Nuestros smartphones tienen una batería interna que funciona también a 3,7 voltios y por tanto esa cifra es comparable a la carga que puede almacenar como un móvil, pero, aquí es donde viene la trampa.

Para cargar un móvil se necesita como mínimo un voltaje de 5 voltios por lo que el powerbank tiene que hacer una primera conversión. Decimos 5 voltios, pero pueden ser también carga rápida de 9 V, 12 V ó 20 V con, por ejemplo, el estándar USB-PD

Una vez configurado el voltaje empieza la corriente eléctrica desde el powerbank al móvil y es en el propio móvil donde se gestiona una segunda conversión, para llegar a la batería del mismo.

Entre el primer ajuste de corriente y el segundo ajuste de corriente hay ciertas pérdidas (en forma de calor) y es aquí donde se puede observar que de los mAh que tiene el powerbank a los que llegan al móvil hay una diferencia de entre el 25% y el 33% que se pierde en todo el camino de conversiones. 

Es por ello que una batería de 15.000 mAh podrá cargar dos veces y poco más un móvil con batería de 5.000 mAh y no llegar a las tres veces.

powerbank

 Si la carga la realizamos de manera inalámbrica, hay una pérdida de eficiencia añadida, y por tanto menos carga que llega al móvil.

Y para terminar, un último punto crítico: la degradación de las baterías internas del powerbank. De los 15.000 mAh iniciales tras pasar un año y un número de descargas, va perdiendo capacidad interna. Las marcas suelen prometer una degradación máxima del 20% tras 800 cargas.

Así que esos son los motivos por los que no debes tomar a pies juntillas los mAh de la batería externa que compres y deberías calcular una pérdida de entre un 25% y un 33% de capacidad efectiva.

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