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La psicología detrás del correo electrónico: así es como afecta a tu salud mental

El correo electrónico, aunque es una herramienta de gran valor, puede tener un impacto bastante negativo en tu salud mental si no se controla de forma correcta. 

Psicología correo electrónico

Imagen generada con IA

El correo electrónico se ha convertido en una herramienta indispensable en nuestra vida diaria, tanto en el ámbito personal como profesional. Sin embargo, y aunque no lo parezca, su uso y también cómo lo usas puede tener un impacto en tu salud mental y bienestar emocional. 

Seguro que te sientes identificado o identificada con alguna de estas afirmaciones. Algunos se sienten abrumados por una bandeja de entrada repleta y luchan por mantenerla organizada. Otros, en cambio, les da igual el caos y prefieren ignorar los correos electrónicos no deseados. ¿Cuál de estas actitudes es la correcta? La respuesta no es tan sencilla como parece.

Se ha descubierto que la forma en que gestionas tu correo está estrechamente relacionada con tu personalidad y tus mecanismos de cómo afrontas las cosas. Por ejemplo, las personas que tienen un Gmail ordenado y limpio suelen ser más perfeccionistas y buscan el control en sus vidas. Para ellos, una bandeja de entrada desordenada puede generar ansiedad y estrés. 

“Por otro lado, una bandeja de entrada con muchísimos correos sin leer puede reflejar una personalidad más relajada o desbordada, donde la persona puede estar priorizando otras tareas sobre la gestión del correo electrónico. En algunos casos, también podría indicar una tendencia a procrastinar o dificultades para manejar el tiempo y las prioridades”, añade en una entrevista para Computer Hoy Beatriz González, psicóloga y neuropsicóloga.

Pero cuidado, porque no solo dice mucho de ti, también puede tener un impacto, como se comentaba al principio, en tu salud mental

Correo electrónico ciberseguridad

El estrés del buzón lleno y la tiranía de la urgencia

Una bandeja de entrada repleta de mensajes sin leer puede generar una sensación de ansiedad y estrés. Muchas personas viven una presión constante por mantenerse al día con sus correos electrónicos, lo que puede llevar a una sensación de estar siempre “conectados” y nunca verdaderamente alejados del trabajo.

Por si esto fuese poco, el correo electrónico ha creado una especie cultura de expectativas de respuesta inmediata, como ocurre casi con WhatsApp. Esta presión por responder rápidamente puede interrumpir lo que estés y disminuir la productividad. Además, la constante interrupción puede aumentar los niveles de estrés y reducir la capacidad de concentración en tareas que realmente sí que importan.

“Aquellos que sienten que muchos correos pueden ser amenazantes no sólo por el contenido sino porque amenaza su identidad como persona, es decir que ponen en juego su integridad profesional, debido a que tienen que tomar decisiones, o ser rápido en la contestación son propensos a sentir altos niveles de ansiedad cuando reciben correos electrónicos”, comenta la psicóloga.

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Para que te hagas una idea y según investigadores que han publicado sus resultados en Harvard Business Review  “de las ocho horas que los directivos dedican a las comunicaciones electrónicas cada semana, calculamos que el 25% de ese tiempo se consume leyendo correos electrónicos que no deberían haber sido enviados a ese gerente en particular y el 25% restante se dedica a responder correos electrónicos que el gerente nunca debería haber respondido”.

Aquí añádele otro punto más que a muchos preocupa y genera cierta presión y es que la comunicación vía correo no tiene esos los matices de la comunicación cara a cara, como el tono de voz y la expresión corporal. Esto puede llevar a malentendidos y conflictos, especialmente cuando se trata de temas delicados del trabajo.

Al final y como suele pasar en cientos de ámbitos, la clave está en encontrar un equilibrio entre la conectividad y la desconexión, utilizando el correo electrónico como una herramienta que mejore nuestra productividad y comunicación, en lugar de permitir que se convierta en una fuente de estrés constante. 

Tomando como comparación aplicaciones como Teams o Slack, la psicóloga lo tiene claro: “cada herramienta tiene sus ventajas e inconvenientes… mientras que el correo electrónico es muy formal y puede generar sensación de desbordamiento o ansiedad ante la posible recepción de una respuesta, otras herramientas más informales pueden, sin embargo, ser mucho más intrusivas. La cuestión, por lo tanto, no es qué herramienta usar, sino cómo usar adecuadamente cada una de ellas”

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Etiquetas: Entrevistas, Gmail, Correo electrónico, Salud