El fin de la vida útil de Windows 10 podría generar un enorme problema ambiental con millones de dispositivos que irán a la basura. Un estudio de Canalys sugiere que unos 240 millones de ordenadores en todo el mundo podrían volverse obsoletos al pasar a Windows 11. 

Una de las preocupaciones clave resaltadas por Canalys se centra en las prácticas actuales de Microsoft en cuanto a la compatibilidad de dispositivos con Windows 11. Los requisitos mínimos del sistema para instalar esta nueva versión implican poseer un procesador de al menos 1 GHz, 4 GB de RAM y un mínimo de 64 GB de almacenamiento. 

Muchos dispositivos que se prevé que sean descartados tras la fecha límite de soporte de Windows 10, programada para octubre de 2025, no cumplirán con estos requisitos, a pesar de estar en buenas condiciones y ser potencialmente reciclables.

Advierte que, lamentablemente, muchos de estos dispositivos podrían terminar en la basura y, finalmente, en vertederos. "Si todos estos fueran portátiles plegados, apilados uno encima de otro, formarían una pila 600 kilómetros más alta que la luna", explica la consultora.

Una solución de Microsoft con respecto a Windows 10 que no sirve

Canalys destaca la urgencia de que fabricantes de dispositivos y proveedores de software, como Microsoft, "maximicen la vida útil de los productos". La consultora además resalta la necesidad de incorporar criterios de durabilidad, reparabilidad y reciclabilidad en el diseño de dispositivos, con un enfoque más destacado en el apoyo a los objetivos de la economía circular.

A pesar de que Microsoft ha anunciado planes para proporcionar actualizaciones de seguridad extendidas para Windows 10 hasta 2028, permitiendo a los usuarios recibir parches críticos después de la fecha límite oficial de fin de soporte, Canalys señala que las tarifas asociadas podrían ser un gran problema, por lo que parece que de poco va a servir.

"Si Microsoft busca una estructura de precios similar para el soporte extendido de Windows 10, la opción más rentable será la migración a PC más nuevos con capacidad para Windows 11, lo que obligará a los PC más antiguos a ser desechados", finalizan.