Con más de 360.000 usuarios verificados ya en España, el peligro es más que evidente, pero lo mismo ocurre con la estrategia del proyecto: acercarse a aquellos que difícilmente te dirán que no. El problema es que no saben con lo que están jugando.

El lanzamiento de Worldcoin allá por julio de 2023, el proyecto de criptomonedas liderado por el director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman —famoso creador de ChatGPT— generó una gran expectativa, pero su viralidad se fue esfumando, hasta ahora.

En pocas palabras, Worldcoin busca transformar la economía global, ofreciendo un enfoque distinto a líderes del mercado como Bitcoin y Ethereum. A través de la emisión de tokens criptográficos a cambio de datos biométricos, esta moneda digital no requiere que los usuarios inviertan fondos para obtener el WLD.

El momento del registro en Worldcoin es muy llamativo. Los usuarios lo harán usando un orbe, un dispositivo redondo creado por la empresa Tools for Humanity. Este proceso de verificación biométrica tiene como objetivo autenticar a los usuarios como "humanos" en un mundo digital cada vez más impulsado por la inteligencia artificial. 

Lo que poco a poco se esfumó como la espuma, ha vuelto a los titulares, ya que estos orbes y puestos de Worldcoin han invadido el mundo entero y España no es la excepción. Seguramente ya te hayas encontrado con alguno de ellos y habrás visto las largas colas de generalmente adolescentes que se agolpan para registrar sus datos biométricos en este dispositivo.

El aliciente para hacerlo es claro: obtienes de forma totalmente gratuita una parte de estas criptomonedas actualmente valoradas en unos 100 euros —todo depende del precio de mercado—. Sin embargo, este método ha llamado la atención de la Agencia Española de Protección de Datos, que actualmente está investigando varias denuncias relacionadas con esta práctica y la falta de control a la hora de que menores de 14 años se registren sin problema alguno.

A pesar de las afirmaciones de Worldcoin sobre la privacidad y seguridad de los datos, la actividad de la empresa no está dejando indiferente a nadie. La Federación de Consumidores y Usuarios (CECU) advirtió sobre los riesgos de compartir datos biométricos, destacando la sensibilidad y la falta de capacidad para cambiar estos datos en caso de robo o suplantación.

"Según la política de privacidad de Worldcoin, los usuarios que se someten al escaneo del iris no solo ceden una imagen de sus ojos, sino que también proporcionan simultáneamente información personal como su número de teléfono móvil. 

La combinación de ambos datos personales crea un riesgo adicional de suplantación de identidad a largo plazo, especialmente si se produce un robo de información", explica en una entrevista para Computer Hoy Juan Luis Moreno, Partner & Chief Innovation Officer de The Valley.

Más de 360.000 usuarios españoles ya se han registrado y los 'stands' de Worldcoin invaden las ciudades

Pero cuidado porque esto no es todo y añade lo siguiente: "Si no se implementan las debidas protecciones, existe la posibilidad de que el sistema pueda ser utilizado para rastrear y monitorear a las personas sin su conocimiento o consentimiento. 

"Además, el hecho de que una sola empresa como Worldcoin centralice la gestión de datos biométricos de los usuarios, crea un objetivo concreto para posibles hackers que, con un ataque exitoso, podrían comprometer la información personal y sensible de millones de personas", comenta.

Sin ir más lejos, este método de identificación ya ha abierto las compuertas a la explotación. BlockBeats, una publicación criptográfica con sede en China, informó que personas en China, donde Worldcoin no está operativa actualmente, estaban obteniendo escaneos de iris de residentes de Camboya, Kenia y otros países a precios tan bajos como 30 dólares por escaneo.

Aquí en España, actualmente ya hay más de 360.000 usuarios verificados gracias a los 20 stands que están estratégicamente ubicados en centros comerciales, aeropuertos y grandes estaciones de metro —como el de Avenida América que actualmente permanece cerrado— de ciudades como Barcelona, Madrid, Valencia, Málaga o Bilbao.

"Puede que haya algunos usuarios con un conocimiento sólido de los riesgos y beneficios asociados a la venta de sus datos biométricos a cambio de criptomonedas. No obstante, en la mayoría de los casos, asistimos a una falta clara de información sobre el tema, sobre todo entre la población joven, que es la más atraída por este tipo de tecnologías", comenta el experto.

Finaliza comentando que "el atractivo de ganar criptomonedas puede influir en la toma de decisiones de los usuarios, a veces sin considerar completamente las posibles consecuencias que conllevan".