La inteligencia artificial conversacional como ChatGPT ha venido para quedarse, y dentro de poco no solo estará en cualquier buscador, sino que lo tendremos en multitud de servicios.

Los expertos ya están advirtiendo, que esto puede acabar favoreciendo a los ciberdelincuentes que pueden utilizar este tipo de tecnologías para intentar estafar más a las personas, y más teniendo en cuenta un reciente estudio donde más de la mitad de los encuestados, no supieron discernir si un texto estaba escrito por una inteligencia artificial como ChatGPT o por un ser humano.

Los investigadores encontraron que el 53 % de las personas no pudo detectar la diferencia de contenido producido por un humano, una inteligencia artificial o una inteligencia artificial editada por un humano.

Especialmente fue preocupante entre los jóvenes de 18 a 24 años, donde solo 4 de cada 10, pudo acertar que un texto estaba escrito por una inteligencia artificial.

Mejor pintaron las cosas para los mayores de 65 años, quienes son los que pudieron detectar en mayor medida que un texto había sido escrito por una inteligencia artificial.

“El hecho de que los lectores más jóvenes fueran menos expertos en identificar contenido de IA nos sorprendió”, señala Robert Brandl, CEO y fundador de la empresa de revisión de herramientas Tooltester, que realizó la encuesta.

“Podría sugerir que los lectores mayores son más cínicos con el contenido de IA actualmente, especialmente porque últimamente es un tema tan importante en las noticias”, comenta.

“Los lectores mayores tendrán una base de conocimientos más amplia a la que recurrir y podrán comparar las percepciones internas de cómo se debe responder una pregunta mejor que una persona más joven, simplemente porque han tenido muchos más años de exposición a dicha información”, explica.

Los encuestados también comentaron que las personas creen que debería haber advertencias de que la inteligencia artificial se ha utilizado para producir contenidos.

Variaciones según las temáticas de los textos generados

Esta investigación involucró a 1900 estadounidenses a quienes se les pidió determinar si un texto fue creado por un humano o bien por una inteligencia artificial, en textos que abarcaban varios campos que incluyen la salud y la tecnología.

“Los resultados parecen mostrar que el público en general puede necesitar confiar en las divulgaciones de inteligencia artificial en línea para saber qué ha sido y qué no ha sido creado por IA, ya que las personas no pueden diferenciar entre el contenido humano y el generado por IA", afirma Brandl.

“Descubrimos que, a menudo, los lectores supondrían que cualquier texto, ya sea humano o de IA, fue generado por IA, lo que podría reflejar la actitud cínica que la gente está adoptando con respecto al contenido en línea en este momento", añade.

“Esta podría no ser una idea tan terrible, ya que la tecnología de IA generativa está lejos de ser perfecta y puede contener muchas inexactitudes, es menos probable que un lector cauteloso acepte ciegamente el contenido de IA como un hecho”, avisa.

Los investigadores descubrieron que la capacidad de las personas para detectar contenido generado por IA variaba según el tipo de contenido e información.

Por ejemplo, el contenido de salud generado por inteligencia artificial, era el que más engañaba a los usuarios con un 56,1 % pensando incorrectamente que el contenido de IA fue escrito o editado por un humano.

En lo que respecta a la tecnología, fue el sector en el que las personas pudieron detectar el contenido generado por IA con mayor facilidad, en concreto un 51 % identificó correctamente el contenido generado por inteligencia artificial.