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Estas son las teorías de la conspiración más aceptadas: de ocultar la cura del cáncer a vacunas con microchips

Teorías de la conspiración

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Un estudio ha analizado las teorías de la conspiración más aceptadas y rechazadas de eventos que se han producido en el siglo XXI y lo que pueden tener en común las personas que creen en ellas.

Las teorías de la conspiración están tan extendidas que muchas personas creen al menos en una de ellas. Algunas de las más comunes relacionan a Bill Gates con la escasez de alimentos mundial, el 5G utilizado para espiar o la creación del COVID-19 en un laboratorio. Muchas están basadas en sucesos complejos de explicar, otras magnifican algunas situaciones casuales

La diferencia de las teorías de la conspiración y un caso con ciertos puntos sin resolver es que las primeras no están respaldadas por evidencias. Precisamente ese aspecto lleno de intrigas es lo que atrae a los creyentes.

Un ejemplo es Nueva Zelanda y Australia, el 7% de la población cree que los rastros visibles de los aviones son vertidos químicos rociados en secreto por sus gobiernos. La comunidad científica lo ha rechazado, pero es más sencillo creer eso antes que entender que la estela se produce por un cambio de temperatura extremo que provoca la condensación del vapor de agua.

Abren un McDonald's en mitad de la nada, y las teorías conspiranoicas se disparan

La falta de respuestas atrae a las personas que necesitan una teoría en la que creer. Este fenómeno ha llamado la atención de los psicólogos durante décadas, que buscan comprender si hay un patrón que se cumple entre estas personas o incluso si tienen una predisposición psicológica.

Una investigación publicada en Science Alert ha utilizado 498 voluntarios australianos y neozelandeses. El estudio pretende averiguar si las personas creen ciegamente en las teorías de la conspiración, con cuánta frecuencia caen en ellas y si es posible cambiar su forma de pensar.

De ocultar la cura del cáncer a vacunas con microchips

El estudio ha presentado una teoría de la conspiración al mes desde marzo hasta septiembre de 2021 y el grupo tenía que evaluar el nivel de credibilidad que le dan a dichas ideas. Todas ellas estaban relacionadas con afirmaciones de eventos ocurridos en el siglo XXI: el COVID-19, investigaciones para curar el cáncer, los atentados del 11 de septiembre o la llegada de la conectividad 5G.

La mayoría de los participantes no estaban de acuerdo con muchas de las teorías conspiranoicas, la menos popular con el 2% de los apoyos fue que las vacunas del COVID-19 contienen microchips para controlar a las personas. El 18% del grupo cree que las compañías farmacéuticas conocen la cura para el cáncer y han prohibido la venta debido a intereses económicos, la más apoyada del estudio. 

La tendencia general apunta a que las teorías de la conspiración están creciendo con el nacimiento de términos como "pandemia de desinformación" o "infodemia". La realidad es que la investigación no ha detectado un aumento en el número de personas que las apoyan, aunque es previsible que crezcan con el tiempo de la mano de un mayor sentimiento antigubernamental.

El estudio ha llegado a la conclusión de que las teorías de la conspiración eran estables, pero no fijas. Una teoría puede cambiar conforme llega nueva información, que puede provocar que unos dejen de creer o atraer a otros. No se puede hablar de un perfil completo de la persona que cree en estas ideas.

La mayoría de los participantes no están a favor de las teorías, aunque un segundo grupo conocido como "creyentes consistentes" estuvo de acuerdo con todos los puntos de una idea

El tercer grupo está formado por escépticos que han empezado a verle sentido con unos pocos argumentos. El más minoritario son los apóstatas, que creían y han cambiado de opinión al conocer la explicación científica. 

El porcentaje de creyentes no ha variado considerablemente a lo largo del experimento, lo que demuestra que la creencia en teorías de la conspiración es gradual. 

Si una persona concuerda con una de ellas, es más probable que apoye otra en algo similar a un bucle. El proceso también se da a la inversa: si buscan argumentos para dejar de creer en una teoría, es más fácil que lo hagan con otras.

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