A veces suceden una serie de eventos estelares poco antes vistos, y según como han advertido científicos del Observatorio de Dinámica Solar de la NASA, el pasado fin de semana se abrió un enorme agujero en el Sol.

En concreto, este agujero midió más de 60 veces el diámetro de la Tierra en su punto máximo, y se abrió durante el pasado fin de semana.

No es un evento tan extraño, dado que se trata de un agujero coronal, y que ocurre cuando el campo magnético del Sol permite que una gran corriente de la atmósfera superior se derrame en forma de viento solar.

Si bien no deberíamos preocuparnos, este tipo de eventos pueden causar estragos en los satélites en la órbita de la Tierra e incluso podrían alterar la red eléctrica situada en el suelo.

Sin embargo, en lo que respecta a este agujero abierto en el Sol, los científicos tranquilizan, y no esperan ninguna perturbación importante más allá de tormentas geomagnéticas menores a moderadas.

Astrónomos explican que el Sol pronto alcanzará el pico de su ciclo de 11 años conocido como "máximo solar" iniciando un periodo de actividad turbulento.

Y esta actividad turbulenta va desde erupciones solares hasta explosiones masivas de viento solar.

Estos agujeros coronales solo son visibles en longitudes de onda ultravioleta y solo aparecen como manchas oscuras de partículas frías.

Es simplemente una abertura que permite que los fotones y electrones escapen, pero es menos probable que arrojen viento solar hacia fuera.

De hecho, este año ya tuvimos un agujero coronal, fue en marzo, y ello provocó grandes corrientes de viento solar que acabaron golpeando la atmósfera de la Tierra.