Su caso es único en el mundo, y eso convirtió su vida en un infierno. Adam Rainer, el único ser humano que ha sido enano y gigante a lo largo de su vida.

A los 21 años, Adam Rainer solo medía 1,18 metros. A los 31 años, llegó a los 2,18 metros. Había crecido un metro en una década. Diez centímetros al año. Cuando falleció, alcanzaba los 2,34 metros.

Fue, además, un crecimiento desproporcionado. Pese a medir poco a más de un metro, tenía un 53 de pie. También sus manos eran exageradamente grandes.

¿Por qué Adam Rainer padeció enanismo y gigantismo?

Adam Rainer nació en Austria, en el año 1899. Nació con enanismo, una condición genética que le afectó hasta los 21 años.

Cuando empezó la Primera Guerra Mundial intentó alistarse en el ejército, pero le rechazaron porque no daba la talla. Eso le marcó para siempre. Como hemos comentado, con 22 años medía solo 1,18 metros, era una persona enana. Pero, a partir de entonces, comenzó a crecer 10 centímetros al año, sin someterse a ningún tratamiento:

Por desgracia, este crecimiento desmesurado también le desfiguró el rostro y el cuerpo, como se puede ver en la fotografía superior. Son síntomas típicos de gigantismo.

¿Cómo puede una persona padecer enanismo y gigantismo a la vez? En 1930, los doctores A. Mandl y F. Windholz examinaron a Adam Rainer, y descubrieron que había desarrollado una condición llamada acromegalia.

Tenía un tumor en la hipófisis, que es la glándula en donde se produce la hormona del crecimiento. Esto fue lo que le hizo crecer de forma desmesurada. Intentaron quitarle el tumor, pero llevaba una década con él, y ya era demasiado tarde. La operación fue un éxito pero, aunque a un ritmo más lento, siguió creciendo hasta medir 2,34 metros.

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Lamentablemente, a partir de los 30 años su salud comenzó a deteriorarse por culpa de su condición. La espalda comenzó a desviarse, y llegó un momento en el que no podía moverse de la cama.

Adam Rainer falleció el 4 de marzo de 1950, a los 51 años de edad. Tuvo una vida muy difícil, pero pasó a la historia como el único ser humano conocido que ha padecido enanismo y gigantismo a lo largo de su existencia. Un caso prácticamente irrepetible.