¿Dónde están las baterías de estado sólido? La revolución del coche eléctrico que no llega

En 2023, todos los grandes fabricantes de automóviles tendrán -al menos- un vehículo eléctrico en su catálogo, impulsado por baterías de iones de litio. Entonces, ¿cuando llegarán las baterías de estado sólido que lo cambien todo?
Para quien no lo sepa, el tipo de batería más popular hoy en día es la tecnología de electrolito líquido de iones de litio. Hace más de diez años se fabricó el primer coche eléctrico con batería de iones de litio para el mercado internacional, cuando las baterías de estado sólido eran solo un sueño.
Si nos vamos al mundo tecnológico, hace casi 30 años, la empresa japonesa Sony lanzó la primera batería comercial de iones de litio. Y los primeros trabajos sobre baterías de iones de litio datan de hace 50 años. Sí, la batería actual tiene décadas de antigüedad.
No podemos decir que sea una tecnología muy nueva, pero durante los primeros 40 años aproximadamente, su desarrollo fue casi insignificante. Fueron los japoneses quienes desataron potencial de las baterías de iones de litio: Mitsubishi, Toshiba, Nissan o LG Chem son los principales responsables de este avance.
Tesla irrumpió en la industria del automóvil en la pasada década y, ayudada por Panasonic que fue su primer gran proveedor, ha conseguido que el coche eléctrico sea casi un habitual en las carreteras de medio mundo.

Diferencias claves entre las baterías normales y las de estado sólido
La principal diferencia entre las baterías de estado sólido y las actuales baterías de iones de litio es la sustitución del electrolito líquido por una especie de sólido. BMW ya está en ello.
El electrolito líquido puede ser inestable a ciertas temperaturas extremas y provocar cortocircuitos que afectan a la vida útil de la batería. Incluso puede incendiarse porque es inflamable.
El electrolito sólido proporciona una ventana electroquímica mayor, por lo que tiene más densidad energética que su homólogo líquido. Además, se puede utilizar material de cátodo de alto voltaje, junto con ánodo metálico de litio de alta densidad energética.
Esto significa que, en teoría, la densidad energética podría superar los 1.000 Wh/L, es decir: cuatro veces más que las baterías actuales. En primer lugar, la autonomía podría duplicarse. Asimismo, la carga rápida en corriente continua podría durar solo de 15 a 20 minutos.
También está la ventaja de una mayor vida útil, que podría aumentar fácilmente hasta los 15 / 20 años. Y no hay que olvidar que la seguridad es mucho mayor porque el electrolito sólido no es inflamable.

El estado sólido no es el futuro inmediato de las baterías
La batería de estado sólido es una tecnología prometedora, pero todavía no se puede comprar un coche eléctrico o un portátil de este tipo. Y no, no se trata de una conspiración de las grandes petroleras.
La tecnología de las baterías de estado sólido tiene algunos problemas difíciles de resolver por ahora. Uno de ellos es el proceso de propagación de dendritas. El electrolito sólido simplemente se agrieta al cabo de un tiempo, y la vida útil de la batería es demasiado corta.
Por este y otros muchos motivos, las baterías de estado sólido seguirán siendo un campo de investigación y no una realidad dentro del mercado. Ojalá cambie pronto.
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