Conocer la temperatura de un móvil es esencial, no solo a nivel de seguridad para ti como usuario, sino también para que la vida útil de tu dispositivo sea la más duradera posible.

Por lo general, la temperatura de un móvil no debería exceder los 45 grados centígrados; en este sentido, si ves que el valor que marca tu terminal sobrepasa esta barrera, la mejor recomendación que puedo darte es que lo apagues y lo dejes en un lugar apartado.

En algunos casos –aunque minoritarios–, podría suceder que el sobrecalentamiento se deba a un mal funcionamiento de la batería y, en cualquier dispositivo, supone un potencial peligro para el usuario, ya que podría explotar.

De nuevo, he de reiterar que esto no es muy común, pero eso no resta que haya que controlar de primera mano la temperatura de un móvil.

Así, he dividido este artículo en diferentes apartados en los que la temperatura de tu móvil podría aumentar, de menor a mayor importancia teniendo en cuenta el peligro que podría implicar para ti como usuario final.

• El uso de la pantalla encendida
• Configurar bien tus ajustes personalizados
• Las apps que no ves, pero siguen ahí
• Las actualizaciones del software
• Podrías tener malware
• A tu móvil no le gusta el sol
• Un fallo en el hardware

El uso de la pantalla encendida

Lo primero que has de tener en cuenta es que hay muchas variables que afectan a la temperatura de tu móvil, aunque uno de los apartados más implicados es el tiempo de encendido de la pantalla. Así, lo mejor es descargar alguna app que te ayude a medir el calor, como Bamowi.

Si notas que la temperatura excede esos 45 grados –algunos terminales gaming pueden alcanzar valores de 60 grados–, apaga el móvil siempre. Pero lejos de esta excepción, podrías ver que la temperatura media se queda en 35 grados.

No es una cifra por la que debas preocuparte, aunque si quieres alargar la vida útil de tu móvil, tendrás que vigilar el tiempo de encendido de pantalla. En algunas ocasiones, esto es lo que está provocando que tu móvil se sobrecaliente.

Configurar bien tus ajustes personalizados

En muchas ocasiones, el problema reside en que no has ajustado bien la configuración del móvil y existen algunos que provocan que tu móvil se caliente demasiado y, en consecuencia, tenga sus implicaciones sobre la batería y la vida útil del móvil.

Para vigilar tu configuración, lo mejor es que entres en los ajustes de tu terminal y accedas a diferentes funcionalidades. Por ejemplo, a la tasa de refresco: si no usas los 90 Hz o 120 Hz, mejor reduce el valor a 60 Hz, y notarás cómo el móvil funciona mejor en este sentido.

Otras características que provocan el calor en el móvil puede ser el tiempo de encendido de pantalla, funcionalidades adicionales como las conexiones del bluetooth y el GPS o, si cuentas con un software que lo permita, ajustar el rendimiento según tu uso.

Las apps que no ves, pero siguen ahí

Android tiene una característica en su última versión que me encanta: poder retirar permisos a las aplicaciones que menos se utilizan. 

Según aparece la notificación en el móvil con este mensaje, siempre reviso si merece la pena usar esas apps o, por el contrario, desinstalarlas definitivamente. En este sentido, mi recomendación es: si no accedes a una app en mucho tiempo, corre a desinstalarla.

Así, podrían acceder a procesos en segundo plano que no son necesarios para tu día a día, con lo cual la temperatura considerablemente. En cualquier caso, elimina siempre las app abiertas que no uses y, en poco tiempo, notarás que el terminal se enfría. 

Las actualizaciones del software

En numerosas ocasiones, he escuchado que muchos usuarios mantienen en su haber un móvil que no cuenta con las últimas actualizaciones de seguridad. Aunque no parezca nada grave, si se queda atrás, tu móvil podría encontrarse con varios problemas.

Así, desde el rendimiento hasta la temperatura podrían verse afectados; de nuevo, también podrías ser una puerta de entrada para los ciberatacantes.

Sea como sea, mi recomendación es que adquieras un nuevo móvil que te permita actualizaciones de seguridad durante varios años, algo común entre la gama alta y media alta. De lo contrario, estarías poniendo en riesgo tus datos personales.

Podrías tener malware

Aquí he de ser sincero: los móviles no tienen tantos riesgos en ciberseguridad como pueden tener otros dispositivos. Aunque no están exentos de contagiarse con malware, más aún cuando los atacantes están mejorando sus técnicas.

Si has cambiado todos los ajustes y tu móvil está actualizado, pero aun así sigue elevándose la temperatura –más allá de problemas en el hardware, de lo que hablaré más adelante– tu móvil podría estar infectado.

En este caso, lo mejor es contar con una VPN o una app para vigilar los virus; sea como sea, si no sientes mucha seguridad, resetea el móvil al estado de fábrica y contacta con un profesional en ciberseguridad para que tu móvil quede como nuevo.

A tu móvil no le gusta el sol

La mayor parte de los dispositivos funcionan de forma óptima entre un rango de temperatura adecuada a su rendimientos. Si tienes, por ejemplo, un terminal gaming, tendrás ventilación, aunque no es la tónica general del sector.

Lo más probable es que tu móvil llegue con una placa para la refrigeración, pero sin ventilación mecánica. En este sentido, lo mejor es que no le pegue el sol directamente o te enfrentarás a graves problemas.

Si ocurre que tu terminal se sobrecalienta cuando lo usas en la calle, de nuevo, lo mejor es apagarlo, dejarlo descansar y esperar a que se enfríe. En cualquier caso, no lo expongas directamente al sol.

Un fallo en el hardware

Como último punto, y después de haber comprobado que no se debe a un fallo en el software, deberías revisar que todas las piezas estén bien. En este sentido, por ejemplo, si la parte trasera se ha hinchado, renueva rápidamente tu terminal.

Aunque no es lo habitual, puede que un móvil cuente con algún defecto de fabricación si lo has comprado recientemente; además, el paso del tiempo es un enemigo para tu dispositivo y algunas piezas pueden quedarse obsoletas.

En resumen, llegado este punto, piensa en comprar un móvil nuevo o, por el contrario, podrías encontrarte con problemas graves de seguridad para tu propio físico.