Tras la activación de la emergencia nacional por parte de Donald Trump y el revuelo de las últimas 48 por la ruptura comercial de Google y otras empresas con Huawei, parece que la guerra comercial no ha hecho más que comenzar: el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) ha puesto la mirada en los drones de fabricación china.

Según DHS, los drones suponen un peligro para la privacidad de los ciudadanos y el país y pueden comprometer la situación de los usuarios al compartir la información recabada con elementos externos. La mayoría de drones utilizados en el país, casi un 80%, están fabricados por la empresa china DJI y, aunque el Departamento de Seguridad no ha nombrado ninguna empresa concreta, se entiende que han puesto la mirada sobre esa empresa.

"Al gobierno de los Estados Unidos le preocupa cualquier producto tecnológico que envíe los datos estadounidenses a un estado autoritario” ha afirmado la DHS, que además ha comparado los drones con los aviones espía no tripulados que usan algunos países para el espionaje.

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Nadie olvida que esta alarma viene a apoyar la prohibición de Trump de que empresas estadounidenses usen equipos fabricados por Huawei y similares. Aunque ya en 2017 el ejército del país prohibió usar los drones de DJI por temor a que la compañía compartiese información crítica con el gobierno chino.

El Departamento de Seguridad avisa a los usuarios de que tengan cuidado al comprar drones chinos y les advierte de que lo mejor es ser precavido en su uso y desactivar las conexiones de red y extraer las tarjetas de memoria al apagarlos .

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La respuesta de DJI ha sido rápida. La compañía ha afirmado que los clientes tienen control total sobre la información que recogen los drones, además de que permiten la configuración que recomienda la DHS. Su tecnología ha sido verificada por el gobierno del país, por lo que no deberían tener problemas, y han podido utilizar sus drones para salvar vidas y ayudar al Estado y multitud de empresas privadas en todo tipo de cuestiones.

Otro aviso o el avance de una medida sin vuelta atrás, nadie sabe cuál será el siguiente paso del gobierno estadounidense y sus agencias. Ayer fue Huawei, hoy DJI, veremos qué ocurre mañana.