La energía eólica ya lleva unas cuantas décadas entre nosotros. Los cada vez más populares molinos de viento tienen un ciclo de vida relativamente corto, entre 20 o 25 años, así que ya se comienzan a jubilar los más antiguos.

Esto es un problema, porque se trata de turbinas enormes, de docenas, incluso cientos de metros, que terminan almacenadas en naves o a campo abierto, ocupando una gran cantidad de espacio.

En Dinamarca el 40% de toda la energía eléctrica proviene del viento, y aumentará hasta el 70% en 2030. Así que allí es un tema que preocupa. Pero ya están poniendo en práctica curiosas ideas. Por ejemplo, convertir las aspas de las turbinas eólicas jubiladas en aparcamientos para bicicletas:

Es una ideal genial porque además de ser sencilla de llevar a cabo, obtienes un aparcamiento moderno y de diseño, sin tener que hacer nada.

Simplemente basta con cortar las aspas de la turbina eólica, para obtener vistosos aparcamientos para bicicletas que cumplen con su función de dar sombra, proteger las bicis del viento y la lluvia, y además quedan muy elegantes, y pueden durar muchos años.

Ya se está planeando usar estas aspas como parada de autobús, puestos callejeros en mercados, y otros usos.

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Es una de las mejores ideas de The Re-Wind Network, una red de reciclaje de turbinas eólicas que se ha puesto en marcha en Dinamarca para conectar empresas e ideas.

Hay propuestas para crear puentes con las aspas, pistas de skake para practicar skateboard, cubiertas de gradas para pistas deportivas, aislamientos de sonido, y mucho más.

Por suerte, el problema de las turbinas eólicas retiradas se irá reduciendo con el tiempo. La empresa española Siemens Gamesa ha presentado el mes pasado la primera pala reciclable del mundo.

Si en el futuro todas las turbinas son reciclables, será mucho más sencillo deshacerse de aquellas que ya no se usen.