Posiblemente la Humanidad nunca le ha agradecido lo suficiente a animales como el burro o la mula, su paciente ayuda a lo largo de los siglos. Una existencia difícil y sacrificada, condenados a trabajar duramente a lo largo de toda su vida.

Utilizados como medio de transporte y carga durante más de 2.500 años, su población ha ido disminuyendo con la llegada de la maquinaria agrícola, hasta el punto de que razas hace siglo comunes, hoy casi se han extinguido. Pero los burros aún se siguen empleando en muchas zonas rurales.

En Italia, los burros niñera son una tradición que aún se puede ver en los pastos que rondean las cadenas montañosas del país:

¿Por qué los pastores italianos utilizan burros para transportan a los corderos, cuando en al mayoría de los rebaños en España son capaces de acompañar a su madre a pastorear?

La razón es que estos rebaños viven en las faldas de las montañas, por ejemplo, en las colinas empinadas de los Alpes, en la región de Lombardía.

Para encontrar los pastos los rebaños tienen que bajar laderas que resultan peligrosas para las débiles patas de las crías de oveja.

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Así que para evitar accidentes, los pastores colocan a los corderos en unos zurrones sobre los burros, especialmente diseñados para ellos. Normalmente hay espacio para 6 u 8 pasajeros. Los burros transportan a los borregos en los lugares más peligrosos, a salvo de golpes y caídas.

Mientras puedan asomar la cabeza, como se ve en las fotos, los corderos viajan tranquilos y no se asustan. Incluso parece gustarles el movido paseo por las colinas alpinas.

Los burros niñera (a veces también utilizan mulas) les ayudan a subir o bajar la montaña, pero como el viaje es largo a veces hacen paradas para descansar, o para pastar.

Una curiosa tradición con siglos de antigüedad, que aún se puede ver en algunas zonas rurales de la región de Lombardía, en Italia.