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Consejos para combatir la astenia primaveral que tanto te afecta

Andrea Núñez-Torrón Stock

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Getty Images

A partir de marzo la temida astenia primaveral vuelve a colonizar miles de cuerpos inundándolos de fatiga, somnolencia, depresión o cambios de apetito. Te explicamos en qué consiste este mal y cómo paliar o atenuar sus efectos en tu organismo.

Si con la llegada del horario de verano y el cambio de estación hacia la primavera notas cambios negativos en tu organismo, podrías estar padeciendo astenia primaveral. La astenia es un término clínico que significa cansancio y que puede deberse a causas psicológicas, estrés o enfermedades orgánicas. Mientras que la comunidad científica no se pone de acuerdo con respecto al origen y causas de la misma, sí se sabe que un 2% de la población padece astenia primaveral en la transición del invierno a la primavera.

Los síntomas de la astenia son cansancio y fatiga, debilidad generalizada, somnolencia diurna, falta de energía, trastornos de sueño, irritabilidad, problemas de concentración y memoria, desmotivación, pérdida del apetito, tristeza y dolores de cabeza. La sintomatología debe ser de carácter leve y pasajero y no se debe confundir con ningún trastorno psiquiátrico como el Trastorno Afectivo Estacional, un tipo de depresión que va y viene con las estaciones y que por norma general, comienza a finales de otoño o principios de invierno y desaparece durante la primavera y el verano.

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¿Cuál es el origen de la astenia primaveral?

No existe una teoría concreta al respecto, pero parece ser que es una combinación de varios factores ambientales y un factor endógeno no esclarecido, por el que hay personas que tienen mayor predisposición a verse afectadas por las variaciones climáticas. La sobrecarga laboral y una dieta desequilibrada también podrían estar detrás de la astenia primaveral.

El aumento horario, acompañado de un incremento de las horas de la luz solar, cambio en la presión atmosférico y una subida de las temperaturas propia del cambio estacional altera la tasa metabólica modificando un cambio en la secreación de endorfinas, cortisol o melatonina y genera un control sobre la regulación hipotalámica que contribuye de forma significativa a un descenso de los niveles en sangre de hormonas como feniletilaminas, responsables de provocar euforia, las beta-endorfinas, responsables del optimismo vital, y las citadas serotoninas u hormonas de la felicidad.

¿Cómo puedes combatir la astenia primaveral?

Aunque no existen tratamientos específicos para reducir los síntomas de la astenia primaveral, puedes poner en práctica algunas medidas para acelerar el proceso de adaptación de tu organismo a las nuevas condiciones ambientales. Por otra parte, no te automediques sin consultar a tu médico de cabecera, que te podrá recetar reconstituyente a base de vitaminas, minerales y extractos de plantas como el ginseng o la jalea real durante un tiempo limitado.

  • Buena alimentación e hidratación adecuada: No te inclines por los alimentos hipercalóricos, repletos de azúcares industriales, ultraprocesados o abundantes en grasas saturadas. Por el contrario, decántate por alimentos sanos que te llenen de energía, frutas y verduras frescas o ingredientes ricos en Omega-3. También existen alimentos especialmente recomendados para la depresión como los frutos secos, la avena, las carnes magras, el pescado azul o la cúrcuma. Recuerda beber mucha agua, ya que el cuerpo sudará más y demandará más líquidos.
  • Horarios regulares de sueño y comida: De esta manera podrás anticiparte al cambio de horario. Mantén el mismo número de horas de sueño -un mínimo de ocho-, baja las persianas para evitar las molestias de la luz y mantén la habitación a la temperatura adecuada.
  • Ejercicio físico moderado: Haz deporte por lo menos durante media hora al día, inclinándote por actividades suaves si sientes mucha ansiedad y fatiga. Puedes caminar un rato diario, practicar yoga, realizar pilates o apostar por la natación.
  • Evita las bebidas alcohólicas, el café y los refrescos con cafeína y el tabaco. Puedes sustituir las bebidas por zumos o infusiones.
  • Cuida la calidad de tu descanso: Determinar una hora concreta para meterte en la cama, cena una o dos horas antes de ello e incluye alguna rutina relajante y descansada para antes de dormir como tomar una tila, leer, meditar o escuchar música.

Este artículo fue publicado en TICbeat por Andrea Núñez-Torrón Stock.

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